Canelo sigue siendo el indiscutible monarca supermediano ante victoria unánime ante Munguía

Canelo sigue siendo el indiscutible monarca supermediano ante victoria unánime ante Munguía

Por Jaime Estrada vidaboxeo@cox.net

Fotos Jorge Nájera

En el mundo de la farándula sucede que los  actores protagonistas aunque no se puedan ver ni en pintura en la vida real, tras bambalinas ante las cámaras parecen ser buenos camaradas, pero este patrón de conducta ensayada les quedo corta en la promoción del  combate del 4 de mayo, porque durante el zafarrancho publicitario los dimes y diretes de Canelo no fueron hacia su rival Jaime Munguía, sino contra su ex promotor Óscar de la Hoya que pico la cresta, y el resentimiento de ambos subió de tono durante la conferencia de prensa donde Óscar tachó de ingrato a Canelo, que se defendió con insultos y alegando que fue él quien hizo que la empresa que lo representaba se lucrara con su participación, y no lo que De la Hoya declaraba que gracias a su apoyo incondicional Canelo llegó al nivel de súper estrella y su pleito casado no termina todavía porque Oscar se siente difamando porque lo acusaron de roba sueldos y quiere poner querella de por medio.

Pero enfocados en el evento, el cantante Manuel Mijares interpreto el himno de México, mientras al son del mariachi en vivo se escucho el de Estados Unidos, después de las entradas de los participantes se empezó la verdadera batalla de Puebla:

Munguía más activo a dos manos desde que sonó la campana, pero la contundencia de Saúl no pasaba desapercibida, ya mas calientitos en los primeros seis minutos ambos tenían sus momentos, y no ocupaban el banquillo de receso y Canelo diría después de la pelea donde asistieron 17,492 fanáticos: “La victoria significa mucho y estoy contento de haberle dado la oportunidad a Munguía que es una gran persona y un buen campeón, tiene mucho futuro y estoy contento que todos los mexicanos nos estuvieron mirando”.

En la tercer ronda Jaime se quería agrandar y empezaba a cerrar con disparos a quemarropa y comentaría de su estrategia:

“Empecé muy bien los primeros asaltos y creo estaba ganando, estaba soltando bien las manos, pero al final del día Canelo es un peleador con mucha experiencia y no hay excusa, me gano a ley”.

Cerca del cierre del cuarto asalto el de Tijuas cayó a la lona a consecuencia de tres disparos bien ubicados pero se levantó a seguir la guerra que estaba perdiendo y con tristeza confesaría:

“Sin duda con lo que hice hubiera vencido a cualquiera, pero me gano la experiencia de Canelo”.

Para el quinto asalto la trifulca se le estaba complicando a Munguía pero seguía en la tregua esperando encontrar la forma de lastimar a Saúl que se acercaba cómo tiburón a la presa, listo para echarle diente: “Munguía si esta fuerte, pero es un poco lento y podía detectar sus golpes, no por nada soy el mejor”

Para alturas del sexto rollo Canelo empezó a tomar el timón de la ventaja con jabs y derechas cruzadas, aunque Jaime buscaba cómo emparejar la butaca y reconoció la superioridad del campeón al decir:   “Como dije antes comencé bien, pero Canelo es un boxeador que sabe crear muchos problemas a cualquiera”.

Siete asaltos en los libros de la historia del boxeo y a pesar de todo ambos seguían en la rayuela, a diferencia que Canelo ya saboreaba el triunfo, y cuando se dio el veredicto dijo sobre un futuro que no quiere pensar:

“Cuando llegue el retiro, los números me dirán la posición que merezco, y sé que hay muchos grandes monarcas del ayer, pero hoy yo soy el mejor de todos”.

En el octavo asalto la riña seguía entretenida con ambos tratando de infiltrar lo mejor de su repertorio y cuando se le menciona a Saúl el nombre de Benavidez trato de responder lo mejor que pudo al decir:

“Si el dinero esta correcto yo pelea con quien sea ahora mismo, y ya me he enfrentado contra todos y puedo darme el lujo de elegir contra quien subir al ring le guste a quien le guste y a quien no le guste”.

En la novena ronda Munguía parecía tomar un segundo viento pero la pegada de Canelo lo paraba en seco y no podía hacer lo que contra otros contrincantes le había funcionado.

Saúl simplemente absorbió todo la dinamita pura que le recetaron y sus disparos contundentes iban como flecha con brújula a lo propuesto y en los asaltos cruciales su puntería se hizo más evidente porque donde ponía el ojo ponía la bala y termino el doceavo aporreando al valiente Jaime Munguía que confesó estar triste por su primer descalabrada profesional pero nada de qué avergonzarse porque dio una batalla digna poniendo el corazón por delante. Y Canelo sigue siendo indiscutible rey supermedian.  

 

 

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