Tyson vs. Jones: Lo que se esperaba ocurrió y fue suficiente

La exhibición de Mike Tyson y Roy Jones Jr. colmó las expectativas de quienes esperábamos eso mismo: una pelea de fantasía entre dos leyendas que llenaron nuestra memoria de peleas emocionantes, cada uno con su estilo y en su tiempo de reinado. Tyson atropellando y destruyendo hasta el KO, Jones jugando con sus virtudes técnicas incomparables y su esgrima única para golpear y escabullirse sin rasguños. En la noche de su pelea de nostalgia vimos destellos de esa escenografía.

Tyson recuperando su actitud de fiera hambrienta amagando a soltar sus golpes como hachazos sin terminar de hacerlo nunca y Jones vestido de torero para colocar el jab con precisión quirúrgica, pasando golpes a giros de cintura y amarrando con elegancia paternal antes de ser golpeado a un Tyson que siempre busco ser amarrado.

Así pasaron los ocho asaltos de dos minutos, demostrando un envidiable estado atlético, imposible de encontrar en un cincuentón común y corriente, junto a una disposición inspiradora.

El evento tuvo una presentación espectacular, innovando en el escenario y en el ambiente de luces. Algo que seguramente pronto veremos en otras carteleras sin público. La cartelera y en especial estas dos leyendas frente a frente provocaron una increíble expectativa y tuvieron una audiencia planetaria. Muchos, quizás, pensaron que veríamos una pelea dramática, sangrienta y que finalizaría con un KO escalofriante. Pues no, ese no era el plan.

Lo que se vio fue lo que tenía que verse, nos divirtió, matamos la nostalgia y esta vez como nunca tuvieron razón los que insisten con que, ‘todo tiempo pasado fue mejor”. Al menos en boxeo, quedó claro este fin de semana que lo que pasó, se lleva por lejos a lo que está pasando.

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