Teófimo López sorprendió al mundo entero: VICTORIA ANTE LOMACHENKO

Teofimo López y su padre corrieron de punta a punta del ring mientras Vasyl Lomachenko estaba en su asombrado rincón. No creía lo que estaba escuchando. Ya no era un campeón de peso ligero. La joven promesa, de 23 años, terminó con la mejor libra por libra y lo hizo por decisión unánime (116-112, 119-109 y 117-111) siendo el campeón de la AMB, la FIB y la OMB (aunque posó con dos cinturones del CMB, el título de la franquicia no estaba en juego). La hoja de ruta no estaba en los planes de casi nadie, pero la sorpresa se confirmó.

Es cierto que la pelea no estuvo a la altura de las expectativas. Demasiadas reservas de Loma, lo cual estaba claro: “No estoy de acuerdo con el resultado. Veré el juego de nuevo. Creo que gané“, señaló con la cabeza hacia abajo y detrás de escena después de su derrota. Por su parte, el nuevo campeón no dudó en hablar sobre el futuro: aumentará de peso e intentará repetir la hazaña.

La pelea comenzó hace mucho tiempo. Los juegos mentales de Teofimo pueden o no afectar a Lomachenko, pero el ucraniano dio la primera parte de la pelea y se consideró demasiado respetuoso. Hubo una explicación manual. Después de la rehidratación, la diferencia de tamaño era muy grande y con un pegador como López había que tener cuidado. Sus manos pesaban más de lo que parecían y el ucraniano las soltó demasiado.

Allí estaba la clave de la pelea, aunque el empate podría haber sido el más justo. Sea o no el motivo de la derrota, Loma hizo circular el ring, en los primeros seis asaltos, en un intento de cansar a su oponente y así reducir su pegada. No fue una mala idea, pero necesitaba más trabajo. Pocas manos, precisas, pero pocas.

Esto pesó en las tarjetas de los jueces (el 119-109 de Julie Lederman fue desproporcionado), lo que premió la conducta de López. No lo comió, ni mucho menos, de hecho, con suficiente Loma hizo que Teófimo tuviera más cuidado. El ucraniano fue más rápido y por eso se sorprendió. López vio que no podía lastimar a Loma arriba y lo buscó abajo. Allí le llamó mucho la atención y ese podría ser otro punto clave.

A partir del quinto asalto, Lomachenko comenzó a acelerar, pero no fue hasta el octavo que comenzó a despertar de su sueño. Parecía tarde, aunque hubo algunas rondas muy igualadas, y ya era tarde. El ex campeón no estuvo de acuerdo, podría tener razón, pero la mejor libra por libra no puede dar media pelea. La decisión equivocada de su estrategia fue su tumba en un pleito en el que hubo mucho empate y poca acción. Uno estaba confiado y el otro tuvo que presionar más.

El tropiezo deja afectado a Loma, que ha evitado hablar de futuro, pero su camino tiene que ser en el superpluma, la talla en el ligero va muy en su contra. Un día de sorpresas en la burbuja de Las Vegas. Lo que pocos esperaban se ha logrado: Teófimo López hizo pequeño a Lomachenko.

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