¿Quién es Jaime Munguía? Ahora ya lo sabemos todos.

Además: Comentarios sobre las peleas Vargas vs. Hovhannisyan y Lomachenko vs. Linares

Foto: Ed Mulholland / HBO

Me preguntaron mis amigos ¿Quién es ese Jaime Munguia que le querían echar al GGG? sabiendo ellos que pretendo conocer algo de boxeo. “No lo conozco y admito que nunca había leído o escuchado algo sobre el”. Munguía, boxeador invicto (29-0, 25 KOs) de solo 21 aos, resulto ser el mejor joven boxeador mexicano del momento que nadie conocía. Ahora todo mundo que sigue el boxeo en serio, y los miles que no lo siguen tan de cerca, saben quién es el tijuanense.

El boxeador de piel bronceada, que vuela para medio y hasta super medio, y que luce con orgullo sus rasgos indígenas, saltó a la fama mundial gracias a la brillante actuación que tuvo en su debut en HBO. Le dieron la oportunidad de disputar un título mundial a pesar de que nadie o muy pocos conocían su trayectoria. Muchos nos enteramos de su existencia solo porque fue mencionado como posible rival del GGG.

El campeón Sadam Ali, quien despidió del boxeo al boricua Miguel Cotto con una derrota al mismo tiempo que le arrebataba el fajín mundial de las 154 libras en su último combate, aceptó el reto del joven púgil azteca, quizá, sintiendo que lo aventajaba en experiencia y calidad. ¡Pero que equivocado estuvo! Munguía caminó rumbo al ring acompañado de “Mexico Lindo y Querido”, melodía que fácilmente podría confundirse con el himno nacional mexicano por su cultural popularidad. Luego Munguía, desde el mismo primer asalto, enseñó su superioridad poniendo en la lona al campeón en dos ocasiones.

El segundo asalto fue mas de lo mismo, pero vino el tercero y el campeón zarandeó un poco al joven retador con repetidos golpes a la cara, que ni lo inmutaron. Pero el tema de este combate ya estaba escrito. Jaime Munguía simplemente fue superior, por su juventud, su estatura y por ser un peleador mas grande. Ambos boxeadores marcaron pesos similares en la báscula durante y después del pesaje oficial, pero arriba del ring fue un combate entre un peso medio y un welter inflado.

Foto: Ed Mulholland / HBO

Nunca sabremos lo que hubiera pasado si la Comisión de Box de Nevada hubiera aprobado a Munguía como rival del GGG. Como Munguía pudo haber sido un gran rival y sorprender a Golovkin, también pudo haber sido echado a los leones como pasó hace algunos años con el gran prospecto y noqueador mexicano, Raymundo “Battling” Torres cuando fue aniquilado por el gran boricua Carlos Ortiz. Battling Torres jamás fue el mismo boxeador después de esa paliza. El mexicano tena solo 17 años cuando su inepto manager Mito Treviño imprudentemente lo puso frente a Ortiz.

El surgimiento de Munguía como campeón y gran exponente de este bello y brutal deporte, me pone a pensar lo podría suceder en un futuro inmediato. Munguía es entrenado por el veterano Roberto Alcázar, el manejador de Oscar de la Hoya cuando el Golden Boy iba rumbo a la fama. Oscar despidió a Alcázar, creo yo, injustamente.

Aunque Alcázar es un entrenador callado y mesurado, no creo que no esté pensando desquitarse del Golden Boy preparando a Munguía por un eventual desafío contra Canelo Alvarez, quien es promovido por de la Hoya. El mundo da vueltas. Ha nacido otra figura en México. Canelo ya no está solo, porque el tijuanense está ahora en su camino. Jaime Munguía ha surgido como una verdadera bestia en dos divisiones, 154 y 160 libras, que están llenas de bestias. El boxeo continua siendo atractivo y apasionante.

Por otra parte, al espigado campeón supergallo, Rey Vargas, le faltó una capa en su atuendo boxístico al subir al ring el sábado. Esto, porque su oponente, mas que un peleador, fue un  torito de lidia que atacó al mexicano a topes durante todo el combate. Vargas conservo el título y se lo llevó a su casa, pero lo que también se llevo fue una cara tasajeada con profundas heridas en ambas cejas producto de arremetidas con la cabeza del retador armenio Azat Hovhannisyan. El retador asiático fue un rival durísimo, no solo por los volados de derecha que disparaba a diestra y siniestra, pero por los topes que propinaba en cada embestida.

Mientras, aunque aún no me convence del todo, Vasyl Lomachenko dio una soberbia demostración de poderío poniendo fuera de combate al venezolano Jorge Linares. No se amilanó cuando lo pusieron en la lona por primera vez en su carrera profesional en el sexto asalto, y en el décimo episodio culminó una andanada de golpes a la cara con un preciso y precioso gancho al hígado que dejó en la lona al campeón ligero para la cuenta final. Lomachenko, con apenas 12 combates como profesional, ya ha ganado títulos en las 126, 130 y ahora 135 libras. Lo quiero ver ante un rival en su apogeo no contra machacados y viejos púgiles como Rigondeaux y Linares.

Deja un Comentario