¡¡ Que gran pelea !! , aplausos de pie al ‘Príncipe’ y al ‘Chocolatito’

(Foto: HBO BOXING)

Cuadras vs. González

¡ Qué gran pelea, qué deleite, qué emoción, qué calidad !!, como mexicana me hubiera gustado que ganara Carlos Cuadras, sin embargo, el destino, con sabor a cacao y con aroma explosivo nos negó ese gusto. Vaya combate, señoras y señores!, como aquellas guerras a las que nos habían acostumbrado Marco Antonio Barrera contra Eric Morales o Juan Manuel Márquez contra Paquiao, por ejemplo, esto sí es boxeo de verdad y estos sí son CAMPEONES, así, con mayúsculas, no productos de la mercadotecnia o de las televisoras, aplausos de pie a los dos gladiadores y mención especial a la gran condición física de ambos.

El Príncipe comenzó desplazándose con mayor soltura y elegancia sobre el ring, tirando golpes con mejor hechura y limpieza, Chocolatito apenas alcanzó a infligir un buen izquierdazo. Para el segundo giro, Chocolatito salió mejor plantado y más agresivo, propinando exitosamente un par de upper cuts y en el siguiente round incluso conectó con más solidez a un campeón que golpeaba a dos manos, al cuerpo y a la cabeza, tirando combinaciones que parecían un concierto: Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho…mambo!

Antes de que iniciara el quinto asalto, el Chocolatito sufría de una inflamación en el pómulo izquierdo y en su esquina le aplastaban la protuberancia con la mano y sin guantes!, al sonar la campana, Cuadras conectaba primero, con velocidad y repetidamente, nos regalaba un boxeo de inteligencia, de movilidad y de poder, atreviéndose a bailotear y bajar la guardia ante un rival que mostraba garra, pundonor y que a pesar de la inflamación un su pómulo, no se rendía y respondía conectando contundentes golpes a un campeón c con determinación de hierro, con deseos de ganar no un combate, sino una guerra y así, Carlos castigaba con un eficaz y constante jab, dominando el sexto asalto, mostrándose dueño y señor del cuadrilátero.

La pelea subía de tono, de ritmo, de emoción, se tornaba candela pura y ambos contendientes asestaban a diestra y siniestra, imponiendo un ritmo de toma y daca, que salpicaba adrenalina a través de los guantes y la pelea se le complicaba a los jueces porque aumentaba de intensidad y ninguno de los boxeadores cedía en su intento por llevarse la victoria.

A partir del noveno asalto, el boxeador nicaragüense intensificó su ataque y a pesar de que el mexicano atacaba a dos manos y seguía castigando el inflamadísimo rostro del Chocolatito, este respondía con sólidos golpes que recibían respuesta inmediata, contundente y reiterada por parte del aguerrido Príncipe.

Terminaba la batalla entre dos pequeños grandes guerreros y desafortunadamente sólo uno de ellos se llevaría la victoria, Román Chocolatito González se adjudicó el triunfo y la gloria, ganando también el respeto de quienes amamos el boxeo y las buenas peleas.

El rostro abotargado del ganador fue parte del precio que tuvo que pagar, el tributo que el hasta entonces vasallo tuvo que dispensar a un Príncipe al que le fue arrebatado el trono en buena lid. Felicidades a los dos, ojala haya revancha…¡¡¡ Por favor !!!