¿POR QUÉ DIFERENCIA DE PESO PERDIÓ?

| September 16, 2015 | 0 Comentarios/ Comments

hayron y javier

Por Andrés Pascual

El boxeo de hoy ha dado un cambio fenomenal a favor de la salud de los boxeadores, por ejemplo, en Texas, Nuevo México, incluso en Las Vegas y hasta en ciudades como Rochester o Birminghan, hasta hace poco subían a un mexicano o un peleador negro aunque estuviera vomitando los pulmones por la tuberculosis, o con una prelesión maligna irreparable…y se cansan de protestar, de acusar a las Comisiones Médicas, pero, “si hay buen dinero…”

Uno de los detalles más hipócritas e inescrupulosos del pugilismo de hoy, es la verificación del peso límite de los contendientes en divisiones alteradas y, diría yo, contaminadas, el rigor parece enorme, que nadie lo dude, PARECE.

Cualquier boxeador pierde en la pesa porque quedó libra y media arriba, pero, si pasa el escrutinio, puede subir entre 6-15 de diferencia a favor el día del combate ¿Cómo puede encasillarse el asunto?

Antes, cuando la barbarie, cuando los malos eran tan malos que se comían a los niños como Barba ¿azul? Pero el coraje y la satisfacción personal dependían más del disfrute fanático y de la gloria personal que de 4 dólares (o pesos), cuando el boxeo ERA DE HOMBRES, el problema del peso no era un “problema” para que se boxeara.

En 1959 se comentó la posibilidad de enfrentar a Sugar Ray Robinson contra Archie Moore, durante aquellos meses, Robinson hacía el peso mediano (perdió la diadema con Paul Pender en un pleito que debió ganar) y Moore el ligero-completo.

Sin embargo, ambos tenían experiencia en conceder en la romana, porque el Azúcar de Harlem peleó, se deshidrató, perdió y casi muere contra Máxim y lo de Archie Moore no tuvo nombre, contra completos en más de 4 oportunidades, concediéndoles a todos algo más que alguna generosa libra.

En los anales de Fistiana, las concesiones hechas por boxeadores de garbo y talante han sido tan grandes que espantarían al más guapito de los casi gladiadores de la cartelera fastuosa y, la mayoría de las veces, arreglada de Las Vegas.

Pero no se puede negar que el juego con la báscula a libre albedrío es un peligro, ese estira y encoge artificial para aparentar un estado natural, puede ocasionar graves problemas durante un pleito y después.

Cuando el Club Internacional de Boxeo propuso y efectuó la pelea Marciano vs Moore en 1955, estaban tratando de presentar una segunda edición, igual de exitosa económicamente, del pleito Dempsey vs Carpentier en 1921.

George Carpentier tuvo un mérito sagrado, Héroe de la 1era Guerra Mundial y eso explotaron Rickert y los lobos, pero era un mediano natural, apurado a 179 libras y el hombre enfrente el Asesino de Manassas.

El francés con rostro de galán de cine, a pesar del valor, no podía y Dempsey lo masacró inmisericordemente en menos de 2 rounds, que se habían “conversado” hasta 4 para dar “algún espectáculo”, pero que el americano redujo por cuenta propia cuando el galo lo adivinó con un golpe que lo estremeció en el primero.

Al momento de ganar la faja de peso completo, Bob Fitzsimmons era campeón mediano. Fue el propio australiano quien concediera uno de los mayores handicaps en la historia del boxeo, cuando noqueó en 2 rounds a Ed Dunkhorst, de Brooklin, que lo aventajó nada más que en 140 libras.

El original Joe Wallcott iba a la ceremonia del pesaje por puro trámite, jamás le importó cuánto pesaba un contrario ni lo alteraba que le informaran lo rutinario, que iba debajo.

Wallcott medía 5’1 y lo más que pesó fueron 142 libras, pero una tarde le salió para arriba al completo de 6′ pies Joe Chounsky y lo noqueó en 7 vueltas. En otra oportunidad entabló con Jim Jeffries.

En 1929, Tommy Loughram renunció a la faja ligero-completa, quería la corona heavyweight, cuatro años después le dieron la oportunidad contra Primo Carnera, quien lo noqueó a empellones y abrazos más que a golpes, la diferencia fue de 179 libras contra 279.

También sucedieron cosas, como en Portland en 1957, cuando Bruce Olson pesó 266 y el surafricano Etwart Potgieter 335, en total 601 libras.

En estos tiempos, porque la división completa no es completa, sino super, pueden coincidor en el ring dos pancracistas y más de 600 libras juntos con facilidad, lo que no aparecerá por ningún rincón es la clase que respalde, ni en adarmes, el bochornoso espectáculo que brindan.

Tomándolo todo en consideración, la falta de respeto del “catchweight”, que le permitan subir a un peleador que dio el peso apretado con 15 libras más que el contrario el día de la pelea ¿Cómo pueden declarar perdedor o nulo un pleito, con penalidad monetaria, a quien se pasó en una y media o dos libras, como le sucedió al cubano Hayron Socarrás reciéntemente? (foto Hayron y Javier, el padre)

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