Pacquiao vs Bradley II: Tiempo de redención

No fue una gran pelea, ni atractiva para el público, ni entretenida para los propios peleadores, pero el caso es que el ya lejano 9 de junio de 2012, el filipino Manny Pacquiao(55(38)-5-2), perdió por decisión dividida contra el invicto boxeador norteamericano, Timothy Bradley(31(12)-0-0), en un combate extraño, atípico me atrevería a aseverar, pero que nunca debió perder el filipino. Pacquiao fue mejor, superó a su rival en todos los asaltos, y aunque no lo hizo con la contundencia que acostumbra, su actuación fue más que suficiente para retener su cetro WBO wélter. Debió firmarse entonces una revancha, sin embargo, han tenido que pasar más de dieciocho meses, para que por fin el combate sea oficial: el próximo 12 de abril, en el MGM de Las Vegas, Pacquiao tendrá la oportunidad de demostrar al mundo, incluido Floyd Mayweather, que ya debió ganar en 2012, y que todavía, pese a sus 35 años, es mejor boxeador que Bradley.

Bradley y Pacquiao, de nuevo frente a frente.

Pero quién crea que el filipino lo tendrá fácil, sin duda no ha visto pelear a este intrincado púgil norteamericano. Bradley no arriesga, anula, minimiza, controla. Es un púgil cerebral, que se alimenta de la frustración de sus rivales, y calcula de manera metódica los golpes necesarios para llevarse cada round. Una buena muestra de sus habilidades pudo verse hace muy poco, el pasado 12 de diciembre, cuando el gran Juan Manuel Márquez(55(40)-7-1), no pudo poner contramedida a su velocidad, precisión y astucia. No es vistoso, no es divertido, pero es un boxeador invicto, campeón del mundo, y por encima de todo, una trampa pugilística.

Dicho esto, y reconociendo la categoría del campeón, Pacquiao es una leyenda, que además, y pese a que su nivel no sea el de las mejores épocas, todavía está por encima del 95% de rivales del panorama pugilístico actual. Contra Ríos despejó dudas, físicamente sigue impoluto, y parece que en materia de motivación, todas las críticas recibidas obran que continúe, en el ocaso de su carrera, con ganas de agradar a sus aficionados. Tendrá muy complicado ofrecer un espectáculo vistoso contra un boxeador al que deberá presionar con su velocidad, tarea nada fácil teniendo en cuenta las condiciones atléticas de Bradley, que salvo sorpresa mayúscula, no correrá en riesgo de intercambiar metralla con el tagalo.

Será la primera gran cita del año, de la cual puede salir el rival 47 de Mayweather(que no el 46, por anunciar en los próximos días). Pacquiao no puede permitirse perder, pero tampoco ganar con dudas. Bradley, por su parte, está ante la oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y ser el hombre que prácticamente retire a uno de los mejores la historia. La solución, el 12 de abril.

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