Orlando Salido, el campeón desvanecido

Quizás ningún golpe de los certeros bombazos que Miguel Ángel García le conectó a Orlando Salido hubieran definido la pelea, a pesar de las múltiples caías, pero es cierto que el ex campeón OMB pluma se desvaneció en el tinglado con una estrategia dispersa, una nula capacidad de improvisación y desconocimiento del que ahora sabemos es el punto débil de “Mikey”: la nariz, con la que terminó la pelea.

Un peleador arcaico

Es verdad que Orlando Salido no se distinguió en su carrera por su excelsa técnica ni por su caminado perfecto de la lona; sin embargo, esa habilidad suya de utilizar a tope los recursos físicos para anular al rival fue siempre el sello del sonorense, hasta la pelea del sábado 19 donde la precoz caída lo sacó de quicio, perdió la brújula por completo.

El peleador que aprovechó su jab no para detener sino para contragolpear a Robert Guerrero (aun con el escándalo de dopaje) no estuvo presente frente a García, simplemente los embates del “Siri” eran intentar meterse a la corta distancia empujando el cuerpo y entregando la cara. El boxeador que utilizó el uppercut para cortar los contragolpes de Juan Manuel Márquez y hacer más pareja la pelea tampoco existió, puesto que si Salido metió varias veces su derecha en ascendente, su mala posición en la lona aseguró caricias en el mentón de “Mikey”.

El peleador que encontró los huecos en el golpeo de Juan Manuel “Juanma” López, que lo esperó para meterse en el terreno corto y que fue paciente para cuando el boricua hilaba una combinación perfecta para el contragolpe, ese Orlando no fue al Madison Square Garden, fue un boxeador mexicano a tratar de pegar un golpe a costa de todo lo que pueda recibir, de ir insensatamente al frente a pesar de que los golpes le habían demostrado que la estrategia era la incorrecta.

Aun el Salido, que entró al combate con toda la actitud frente a Yuriorkis Gamboa, estuvo ausente. En esa pelea del 11 de septiembre de 2010, el “Siri” sacó todo el corazón para lograr atravesar la barrera de velocidad del cubano lo logró en varias ocasiones con el juego de cintura y con la paciencia de pegar y salir. Con García las malas posiciones y la incapacidad para salir de un ataque fallido lo llevaron cuatro veces a la lona.

Un duro pegador

Con golpes bien dibujados y combinaciones inteligentes, el norteamericano “Mikey” García logró domar a Salido, recurriendo en muchos lapsos al abrazo para anular el golpeo en corto de Orlando, pero siempre creyendo firmemente en su boxeo. A pesar de salir con una nueva actitud a la pelea (que podemos llamar actitud de campeón), Miguel Ángel se mostró frio a la hora de poder rematar a su oponente o cerrar episodios.

Es cierto que García fue ampliamente superior a Salido, pero su oponente logró conectar descompuestos volados de derecha gracias a esa mala costumbre de “Mikey” de meterse de cuando en cuando en las cuerdas. Quizá lo ponga en práctica buscando un movimiento de atracción y atacar luego cuando el oponente falle su ataque: García sólo se queda ahí, abraza o espera a que el enemigo falle y sale.

Alguien aprovechará esa falla si el méxico-americano no corrige. Otro punto al descubierto fue la fragilidad en la nariz de Miguel Ángel; es cierto que el golpe de cabeza de Salido fue brutal a la zona (no obstante de los accidental del hecho), pero analizando la estructura de la nariz de García y la forma en que se dio el impacto, no me sorprendería que con un golpe de puño alguien vuelva a poner fuera de combate al nuevo campeón OMB pluma.

La prominencia y el tamaño del tabique hacen pensar que un ataque sistemático pueda dañar la zona de forma importante. Muchos boxeadores han recibido cabezazos y golpes limpios a la zona, han resultado con desvío de la nariz, pero pocos han sufrido el dolor que García experimento el pasado sábado. Si quiere durar como monarca debe buscar una perfecta recuperación de la nariz y modificar su defensa para cubrir el punto débil que antes nos parecía imposible en un púgil tan recio.

El futuro para los guerreros

En su momento Salido tomó una de las decisiones más sabías de su carrera al negarse a combatir una vez más con Yuriorkis Gamboa. El mexicano sabía que el amplio repertorio del cubano es incompatible con su estilo y a pesar de lo mucho que pudiera evolucionar no podría derrotarlo. Decidió mejor aceptar la propuesta de combatir con López, a pesar de que se señaló que Juan Manuel sería un oponente más peligroso para el sonorense, por la gran diferencia de pegada con el “Ciclón de Guantánamo”.

De la misma manera me parece que una revancha sería insensata. García ha mostrado que es ampliamente superior y que por el peso y por la edad, Salido siempre subirá en desventaja física ante “Mikey”; grandes peleas ha regalado Orlando en pluma y quizá sea la hora de subir de categoría a nuevos retos, cuando el final de su carrera se ve más cerca.

Para García sería bueno sacarse la piedrita del zapato y enfrentar este año a Celestino Caballero; el panameño estaba anunciado para pelear en otoño de 2012, cuando de pronto la pelea se vino abajo y Caballero acusó a la AMB de obstruir la contienda. Ahora que García es campeón y que la OMB es la organización interesada, bien puede armarse el combate.

Ante todo, el combate que “Mikey” y el mundo quiere ver es contra Yuriorkis Gamboa; después de los yerros que el cubano mostró ante Michael Farenas y las debilidades que García dejó ver ante Orlando Salido, esta reyerta pinta para ser pelea del año, si se concreta. La pregunta es, ¿por qué campeonato lucharían?

Quizás el OMB pluma sea el menos viable en razón de que Yuriorkis podría poner peros a la realización de un encuentro en este peso. Miguel Ángel bien podría subir de peso, más robusto y sin los sacrificios de las 126 libras, la categoría podría ser una ventaja.

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