No pudo cumplir su sueño de campeón mundial, ahora este cubano ayuda a forjar los de otros guerreros
PEDRO DIAZ con Yordanis Despaigne (i) en una jornada de entrenamiento. JORGE EBRO
POR JORGE EBRO
En cualquier momento de la intensa práctica, el profesor Pedro Díaz solo tiene que voltear el rostro y decir una palabra: “Despa’‘, que ya el otro sabe qué se le está pidiendo y la respuesta no tarda en llegar.
Cuando un problema de la vista cortó en seco su trayectoria deportiva, pensó que el mundo se le venía abajo. Pero ahora puede mirar al futuro con la confianza de haber elegido el camino y el maestro correcto en su nueva profesión.
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