¿A DÓNDE CREE QUE VA ROSENTHAL POR ESE CAMINO?

Por Andrés Pascual

Esta línea la traduje del material en inglés de boxingscene.com que pegué debajo: “Nadie puede culpar a Canelo Alvarez por querer que la droga desaparezca”:

https://www.boxingscene.com/canelo-alvarez-still-work-clean-up-his-image–131002

¿Cómo podría trabajar para limpiar “su imagen” Canelo Alvarez?, hay un límite para todo, para soportar indirectas desde posiciones mercenarias incluso…

Si Canelo pudo convocar a centenares de mexicanos, someterlos a análisis de sangre y comprobar, por muestras fidedignas de laboratorio, que “la carne estuvo contaminada con sustancias de crecimiento”, tal vez todavía necesite invertir un par de millones y sustituir del mercado o de los campos, la cantidad de ganado sometido a químicos de crecimiento hasta convertirlos en el tan pisoteado “alimento orgánico” de hoy.

La prensa, por objetivos bien conocidos como el “intercambio de mutuo beneficio” (lea billetes por debajo), es conciliatoria con lo mal hecho y no solo en el boxeo; por lo general, empujan (y lo impondrán en el beisbol y en el pugilismo), el uso de sustacias de crecimiento: la vista gorda y la irreflexión ante la sola mención de nombres de usuarios de estimulantes, o la petición de Inmortalidad para pecadores en el beisbol, es demoledoramente peligrosa e inevitable.

En el juego de Babe Ruth existe un recurso que pudiera ser desempolvado para igualar la magnitud del sacrilegio, fue abolido cuando, en 1920, el juego pasó de concebirse en niveles de “bola muerta” al de “bola viva”, que trajo como consecuencia el reconocimiento del jonrón como vedette por peticion popular y es el lanzamiento “de saliva”, prohibido desde hasce 98 años en el reglamento.

¿Por qué la imagen del Canelo Alvarez ni la de nadie que use sustancias de crecimiento y lo pesquen puede limpiarse? Porque ese es un pecado que no hace escala en el Purgatorio, debe ir, moralmente, directo al Infierno, sin posibilidades de purgar culpas…

Cuando “el error” se comete por intereses maliciosos, como fue el caso de Canelo Alvarez, no se puede brindar segunda oportunidad, porque el tipo sabía bien qué hacía, para qué servía y su objetivo fue engañar a todo el mundo.

Este tipo de evento negativo desmoraliza y convierte en indecente a quien se se arriesgue y trasgreda la ley, la material escrita y la moral, que es lo que nunca se puede limpiar cuando se mete la pata así.

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