Julio Cesar Chávez / Un gran campeón dentro y fuera del cuadrilátero

| December 29, 2012 | 0 Comentarios/ Comments

Cuando un pugilista cae en las garras de los malos hábitos es motivo amarillista para los mismos medios de comunicación que en un pasado pusieron esa imagen en un pedestal. Mas así es la naturaleza humana, albricias para el que llega a la cima y hacer leña del que va bajando la cuesta a zancadillas si se descuida.

JULIO CÉSAR CHÁVEZ quien dio muchas alegrías a todo México y causó admiración ante propios y extraños por su talento sin igual que lo mantuvo invicto durante 91 combates profesionales, rehusaba colgar los guantes en el closet, pero cuando empezó a ser presa fácil de pugilistas que nadie conocía, tuvo que soltar la plaza, tocando corneta de retirada, pero con el ansia de seguir en la tarima que le reprochaba la época de gloria.

Después aislado de todo contacto público se sumergió en la frustración de ya no ser quien fue por más de dos décadas.

Su vida social con frecuentes escándalos públicos se hizo común en los medios de difusión, y las demandas de toda índole, en especial de prepotencia, le llovieron por doquier. Entonces Julio bajó la guardia ante su arrogancia y su ego, puesto que su vida placentera de festejo y alboroto se tornó ingobernable, porque en vez de darle alegría le producía dolor y lo ataba a su miseria.

Y no hacía nada para no depender de esa adicción obsesiva que lo hundía en el abismo sin remedio. Abrumado supo que había tocado fondo y se aísló del mundo, alejándose de las malas influencias para internarse en una clínica de rehabilitación en Guadalajara México, con el firme propósito de poner un alto a las tentaciones mundanas que no le dejaban nada bueno, ni física, ni mental ni mucho menos moralmente.

Con toda su fuerza de voluntad y mucho sacrificio involucrado se le dio de alta después de varios meses de estar internado. Salió fumando, pero con la mente clara para darle vuelta a otro capítulo de su vida. Todo parecía que había vuelto a la normalidad de ser el mismo Julio Cesar Chávez alegre de siempre, sin la necesidad incontrolable de alterar los sentidos.

Ahora aunque no está absuelto en las decaídas, sigue resuelto a vivir en sobriedad, un día a la vez. Y si un peñasco lo hace caer, se levantara con la frente en alto para vencer la adversidad como en sus batallas épicas. ‘Cacho’, como le dicen sus más allegados, supervisa muy de cerca la carrera profesional de dos de sus hijos, Julito y Omar, quienes navegaban invictos, pero ya han sufrido lo amargo de la derrota y se está evaluando si acatan la misma promesa que le hizo a él su madre Isabel, de que si en 10 peleas se involucraba la derrota, considerarían por el retiro del boxeo y se dedicarían a algo diferente sin tanto riesgo.

El ejemplar padre afirma que sus hijos fueron una de las causas más poderosas para combatir las adicciones, porque se sentían atemorizados cuando no andaba en sus cinco sentidos. Y no se siente avergonzado por sus actos, al contrario, le da gracias a Dios que lo saco de ese martirio y se enorgullece de reconocer sus errores y tratar de remendarlos lo mejor posible.

Gracias al amor de sus seres queridos y a vivir en sobriedad que Julio puso atención en el valor de su persona ante el mundo, sacándole provecho a su fama, para dedicarse a los negocios publicitarios.

Julio César fue contratado como comentarista de boxeo y como ha sucumbido a la tentación de la tomada a retornado a los centros de rehabilitación, y con más ganas porque se hizo oficial por el sindicato de Escritores de América su incursión al exclusivo museo y salón de la fama, en la aldea de Canastota Nueva York escenario donde Julio César recibió su anillo como miembro exclusivo, con una placa con su imagen y su biografía que se quedarán en exhibición en la pared del recinto de los inmortales.

Lo cual ratifica que el sitial alcanzado por el ex campeón mexicano continuó vigente y por coraje y valentía se mantendrá por siempre en el ánimo de los conocedores del arte del pugilismo y su nombre se sigue pronunciando con mucho respeto… Julio César Chávez.

Y recuerden que todavía hay algunos ejemplares del libro ‘El Cesar del Boxeo’ escrito por un servidor, impreso y en audio, donde se narra vida y milagros de este ídolo de las multitudes, con más de 500 imágenes de amigos, familiares, rivales y personas que de una u otra forma formaron parte de su vida.

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