JUAN MANUEL MARQUEZ YA HA LOGRADO TODO EN EL BOX: DEBE RETIRARSE

Marquez_Alvarado_140517_003a            Ya ha hecho orgullosa a toda su familia, a su legendario entrenador Nacho Beristain, a todos sus seguidores y a todo México. A los casi 41 años de edad, con todas sus facultades físicas y mentales intactas a pesar de sus cuantiosas, cruentas y feroces guerras en el ring, con 4 títulos mundiales y económicamente estable, ya es tiempo que Juan Manuel Márquez abandone el ring con las manos en alto antes que suceda lo inevitable en una persona de su edad.

Con cinturones mundiales ganados en los pesos pluma, ligero junior, ligero y welter junior, Juan Manuel ya no tiene nada que probar ante nadie, especialmente después de ese brillante, espectacular y dramático nocaut que le propinó a su acérrimo enemigo Manny Pacquiao en diciembre del 2012. Ese fue el punto de exclamación en su brillante carrera.

El filipino, quien había librado tres cruentas batallas ante Márquez – las tres muy disputadas- se había convertido en el verdugo de muchos mexicanos y el púgil más dominante de esta generación. Su estilo huracanado, tosco, salvaje, vertiginoso y espectacular, había dejado en el tapiz a peleadores de la calidad de Erik Morales, Miguel Cotto, Antonio Margarito, Marco Antonio Barrera y Ricky Hatton rumbo a coronarse en 8 divisiones. El filipino era implacable y un verdadero fenómeno del tinglado.

Fue a ese peleador asiático superdotado, y durante muchos años invencible, a quien Márquez le propinó uno de los más dramáticos nocauts que jamás se hayan registrado en el cuadrilátero en la historia del pugilismo moderno. Con Pacquiao frenéticamente buscando el nocaut sobre un sangrante peleador mexicano en el sexto asalto, Márquez, que estaba al borde del colapso, le clavó un brutal derechazo de caunter a la cara del filipino que atacaba furioso y este cayó a la lona de frente como fulminado por un rayo. Las imágenes de este imponente y espectacular nocaut le dieron vuelta al mundo en segundos gracias a la magia de la tecnología moderna. Sin restarle méritos al mexicano, pocos podían creer que el Goliat del box estaba de cara en la lona totalmente dominado y fuera de sus cabales.

Dándole un repaso a su carrera, nos damos cuenta que en sus 63 combates Juanma tiene victorias sobre los mejores púgiles de su generación incluyendo Pacquiao, Marco Antonio Barrera, Joel Casamayor, el duro Michael Katsidis, el Torito Juan Díaz y Mike Alvarado en su más reciente y convincente victoria. Sus derrotas han sido cerradas y controversiales, aunque sí fue superado claramente por Floyd Mayweather Jr., quien le llevaba más de 15 libras de peso en un combate sin ningún título en juego.

Márquez es uno de pocos boxeadores que la naturaleza, el trabajo en el ring y su disciplina han favorecido con un excelente boxeo, una contundente pegada y una granítica mandíbula (nunca ha sido noqueado). El Dinamita domina todos los golpes que existen en el box actual: jabs, rectos, ganchos, opers, cruzados y golpes a los bajos mientras que es un maestro del contragolpe. Además, el sabe cambiar estrategias también. Cuando el Plan A no funciona, pronto se va a Plan B si el combate lo amerita. Un ejemplo claro que muestra el cambio de estrategias en el ring fue durante el primer combate ante el tejano Juan “Torito” Díaz. El púgil de Houston, Texas estaba dominando al mexicano, a quien se llevaba en ese combate a las cuerdas y tundía de golpes a dos manos como era su estilo. Díaz no tiene pegada y acostumbra ganar por la abundancia de cuero que imprime en sus rivales. En este combate Márquez hubiera recibido el primer nocaut de su carrera si el Torito tuviera ponch. El mexicano recibió muchos golpes en la primera mitad del combate en un combate titular en peso ligero. Celosamente asesorado por su esquina de lujo, su entrenador Nacho Beristain, Juanma cambió su estrategia e hizo el resto del combate en el centro del ring alejado de las cuerdas en donde el tejano le había hecho mucho daño. Peleando en medio del cuadrilatero, Juanma pudo cauntear las embestidas del Torito y lo noqueó espectacularmente. El mexicano es de los pocos boxeadores que saben “cambiar de caballo en medio del rio” con singular éxito.

¿Qué es lo que no ha logrado el mexicano en su carrera? El dice que quiere un quinto fajín mundial antes de colgar los guantes, porque quiere ser el primer púgil azteca en lograr 5 títulos en igual número de categorías. Ni los más grandes de México como Julio César Chávez, Marco Antonio Barrera, Rubén “Púas” Olivares, Efrén “Alacrán” Torres, Erik Morales, Ricardo “Finito” López  y José Angel “Mantequilla” Nápoles lograron lo que quiere hacer Juanma.

Otra cosa que podría faltarle a Juanma es algo muy difícil de lograr en la vida de un deportista, porque no siempre depende de él: ser ídolo del pueblo. A Márquez lo quiere la gente, pero no lo idolatra como los mexicanos idolatraban al Púas Olivares, a José “Toluco” López, a Rodolfo “Chango” Casanova y a Julio César Chávez. Juanma no tiene pasta de ídolo, quizá, porque nunca ha sido borracho, parrandero, drogadicto, mujeriego o pendenciero como los boxeadores citados. Todo lo que se ha dicho de Juanma tiene que ver con su actuación en el ring. Pero si fuera del ring Juanma nunca se ha comparado con los grandes ídolos de México, dentro del ensogado el Dinamita está a la altura o es superior a los mejores pugilistas que han nacido en la Tierra Azteca. Me atrevo a decir que como boxeador fue mejor que todos, aunque nunca ha tenido ni tendrá el carisma y empuje taquillero de un Chávez o un Olivares. Julio metió 130 mil fans al Estadio Azteca en su combate ante Greg Haugen. Márquez ni soñando ha metido un décimo de esta taquilla en alguna de sus peleas.

Taquillero o no, Juanma es un pugilista fuera de serie. Quizá el más grande que ha dado de México, uno de los países más productivos de púgiles de calidad en la historia de este brutal, pero fascinante deporte. Sin embargo, el peligro de un colapso a su edad es inminente mientras siga subiendo al ensogado como peleador. Boxeadores de su edad acostumbran dar el “viejazo” de la noche a la mañana. Muchos se han hecho viejos en el ring cuando menos se esperaba. No son pocos los que creíamos que el chicano Mike Alvarado podría darle un susto serio a Juanma y hasta hacerlo ver mal en su último combate. Más joven, más alto y más fuerte, Alvarado, se creía, tenía el curriculum adecuado para, no solo darle un gran combate al púgil mexicano, pero también para dar la sorpresa y ganarle. Pero no fue así, porque Juanma no sólo fue una Dinamita en el ring esa noche como lo atesta su apodo, pero más bien fue una Maravilla que le dio una soberbia repasada al pugilista de Denver, Colorado. Visiblemente más bajo de estatura y de menor tonelaje, el mexicano fue un torbellino mostrando una rapidez enorme de manos y piernas, algo increíble para un boxeador de 40 años. Habiendo dado esa soberbia demostración pugilística, resultará muy, pero muy difícil que convenzan al gran Dinamita que finalmente cuelgue los guantes y se aleje de box como peleador activo. Si lo hace, será uno de los contados pugilistas que se han retirado con la mano en alto.

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