Guillermo ‘El Chacal’ Rigondeaux está pagando las consecuencias de sus presentaciones

(Foto: Reynaldo Sánchez)

Guillermo Rigondeaux

Cada vez que leemos sobre alguna pelea que ronde dentro de las 122-126 libras, de inmediato, nos viene a la mente uno de los más talentosos boxeadores cubanos que están dentro del boxeo profesional. Guillermo Rigondeaux representa de forma ambivalente, el némesis de todos los campeones peso pluma y más aun de los supergallos. Es hasta de forma implícita, la ‘Espada de Damocles’ que pende  sobre el cuello de todos los campeones que ronden estas categorías.

El fin de semana pasado, en Inglaterra, Scott Quigg y Carl Frampton se metieron por fin a un ring, para dilucidar una rivalidad histórica en el viejo continente, y para determinar quién de los dos es el mejor en esta división. Y sin la menor duda, luego de vista la pelea, tenemos que aceptar que ambos peleadores, nos dejaron la clara sensación de que el cubano Rigondeaux, tiene todas las todas herramientas para salir airoso en una eventual pelea contra alguno de ellos.

De igual forma, en Estados Unidos, Leo Santa Cruz y Kiko Martínez, se enfrascaron en una pelea que por momentos, dejando a un lado el primer asalto en donde Kiko se fue dos veces a la lona, vimos a Santa Cruz lidiar con un peleador aguerrido que lo obligó a pelear contra las cuerdas, y que mostraba que el peleador mexicano tenía más problemas de los que haya tenido en su carrera, frente a un rival como Martínez que apelando únicamente a su voluntad, dejaba claras muestras de que ya no estaba en su mejor momento, y que la división pluma le quedaba holgada.

Estos dos combates y sus resultados, aparentemente serían los que nos dijeran hacia donde se dirige la ahora oscura carrera de Rigondeaux. Y lo que hemos leído luego, ha resultado ser más de lo mismo. No somos partidarios de creer en teorías conspiratorias, pero es un hecho irrefutable que tanto Carl Frampton como Leo Santa Cruz y sus equipos, tienen una agenda, en la que el nombre de Guillermo Rigondeaux parece no tener un espacio.

Ninguno de los ganadores, en este caso Frampton y Santa Cruz, han hecho mención alguna sobre una posible pelea contra Rigondeaux. Hay una especie de pacto implícito, en el que el silencio sobre ese combate, cae como el telón de una obra de teatro, inmediatamente después de cada una de sus peleas.

La razón que tratamos de buscar para este hecho, nos lleva de forma sistemática y consecuente a lo que ahora se ventila a ‘vox populi’, en Redes Sociales y ‘websites’ especializados, y sobre  todo, cuando se trata de hacer una pelea en la que el resultado, no esté muy claro para los interesados o en su defecto, que se sospeche que ese resultado no está totalmente a favor, en este caso de Frampton y Santa Cruz.

No deseamos hablar de miedos, ni nada que se le parezca, los peleadores no le temen a los golpes que les podría dar algún rival, a lo que se le teme en verdad, es a la derrota y a las consecuencias que eso representa desde el ángulo monetario y allí, son los mánagers y promotores, quienes tienen la última palabra y a los que si les aterroriza esta situación. ¿Es realmente criticable esta actitud?  Depende de qué lado de la moneda este usted y de cómo visualice este deporte.

Si usted solo desea ver este deporte como un espacio para poder compartir con algunos amigos una noche divertida, posiblemente es usted un fan ocasional al que es fácil decirle que esta o aquella, son las mejores peleas que pueda ver en esta categoría y más aun, que esos que allí están peleando, son lo mejor en sus peso. En cambio, si usted es de esos fanáticos de ‘hueso colorado’ y de los que siguen este deporte 24/7/365, dificilmente podría digerir que alguien durante una trasmisión de televisión, se atreva a comentarle eso.

A Guillermo Rigondeaux se le despojó de sus títulos por una razón que talvez, sea bastante valida. Y si es usted de los primeros fanáticos, lo más probable es que no sepa ni le interesen esas cosas.

Pero este asunto, pasa más hacia un punto, en el que las organizaciones que rigen el boxeo, veían como el cubano prácticamente tenia secuestrados esos títulos, y no los podía defender, pues sus rivales naturales y aquellos a los que se nombraron mandatorios, por una razón u otra, terminaron dejando de lado el hacerle frente al cubano.

Y esto, para quienes seguimos este deporte de forma consecuente, nos es nada extraño y tenemos una básica idea sobre el porqué y el cómo.

La razón más insistente, en la que tanto promotores como boxeadores se apoyaron para abandonar sus derechos a una pelea titular contra Rigondeaux, estribó en la trillada frase que Bob Arum encajó en la mente de la afición, cundo dijo que era aburrido y que no vendía ‘PPV’s’.

Y además, que el gigante de la TV-HBO, vomitaba con solo escuchar su nombre. Esto, tiene a nuestro entender una simple razón. Arum y HBO tenían en Donaire al sucesor de Manny Pacquiao como su siguiente imán de ventas y en 12 asaltos, Rigondeaux le mostró su suerte, al dictarle una clínica de boxeo durante media hora.

Luego, tenemos la otra parte. Después de esta pelea en la que Rigondeaux sacó a Nonito del mapa boxístico, se vio las caras con peleadores que en el papel, no tenían los pergaminos del filipino y a quienes no pudo noquear. También, hay que mencionar que la falta de agresividad en el boxeo que Rigo ejecuta, no ayudaba en nada para que se forjara en los aficionados el deseo de verlo otra vez. Podríamos decir que si, sus presentaciones han marcado su destino y posiblemente este ahora pagando por ello.

Pero también, hay que coincidir en que el haber derrotado de la forma en que lo hizo a un peleador en el que HBO y Top Rank tenían cifradas sus esperanzas, terminó de arruinar su carrera. Es verdad, nosotros creemos firmemente que el cubano Guillermo Rigondeaux está pagando las consecuencias de sus presentaciones.

Pero, aún nos queda una duda…¿cuál cree usted que sea, sus aparentes victorias sin espectacularidad frente a rivales de poca monta, o la clínica que le dicto a Nonito Donaire y de la que aún hoy, los magnates de este deporte no se recuperan?