De Archie Moore a Juanma López a Margarito

Por Andrés Pascual

En 1959, Oscar Fraley, de UPI, escribió: “Hace 23 años Joe McCarthy era el nuevo manager de los Yankees; Jim Braddock el campeón peso completo del mundo; Gene Venzke corrió más rápido que nadie la milla con tiempo de 4:10.2; en Oklahoma una familia criaba a un niño de 5 años llamado Mickey…” y yo pongo de mi cosecha: NI GONE WITH DE WIND ni CASABLANCA se habían filmado aún.

En 1936 debutaba como profesional del pugilismo un joven llamado Archibald, que la plana deportiva acortó por ARCHIE: Archie Moore, the Old Mongoose o el Negro Errante, una de las 5 luminarias del boxeo, presentaba credenciales como peleador de talla inmortal indesteñible aquel año.

En 1958 Ted Williams casi batea .400 a los 39 (.388); Musial lo hacía con autoridad aún; Warren Spahn seguía dominando más que todos en el pitcheo y Satchel Paige se empeñaba en seguir, despues que los Marlins de la Internacional lo liberaron de responsabilidades.

En 1959, las instancias superiores del boxeo le entregaban a Archie Moore el trofeo de Peleador del Año y se trataba de promocionar un pleito Robinson vs Moore; la edad del Viejo Mangosta, 46, y la del Azúcar de Harlem, entonces campeón mundial mediano, 39, hicieron su parte e influyeron lo suficiente como para que los organismos desistieran del próposito. En 1959 Joe Brown tenía 33 años y se ceñía a la cintura la faja lightweight.

En el deporte la juventud es relativa, un atleta puede ser “veterano de mil campañas” en edad tan prudencialmente juvenil como los 38 almanaques.

Resulta que el litigio de la edad ha sido hervidero de opiniones contrarias en los anales de Fistiana ¿Cuándo un boxeador es joven para iniciar el ascenso a la cúspide? Hay tela por dónde cortar desde el inicio de la disciplina.

Lograr el reconocimiento de todos sin contradicciones no ha sido posible nunca, sin embargo, en esta época se ven cosas que erizan: Fernando Vargas se retiró doble campeón a los 33 con menos de 35 peleas…

El relajo “me voy-viro” es epidemia, por lo general a un peso arreglado y sin rehacer escalafón, que, en la realidad, no sirve para nada.

Juanma López y Margarito “fuera de sus tumbas”, no cuenta el peligro a que se exponen ni el ridículo que representan, no, otra vez al ruedo, porque a los promotores y managers inhumanos les importan 4 dólares, entonces exacerban sus egos y los cadáveres se disponen a jugar al zombie boxístico…

Cuando a Moore le dieron lo mejor del boxeo en 1959 tenía 45 años, una estela gloriosa y grandiosa hecha y un nombre afincado con basses de acero en los anales de Fistiana.

¿Existen diferencias entre el ayer-hoy del boxeo? ¡Cómo no, Moores es una buena alternativa a favor del buen tiempo ido; Juanma, Margarito y quien llegue después también, pero por la otra carrilera claro.

 

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