Boxeador azteca Luis Fernando Robles salió de su casa de Oaxaca, para buscar mejores oportunidades

Foto: Suministrada

La gran mayoría de los que se dedican al boxeo rentado, es para sustentar una mejor calidad de vida para los suyos, y para Luis Fernando Robles, no es la excepción, y es que el joven pugilista tuvo que salir de su casa del Estado de Oaxaca para radicar en la capital del país para encontrar mejores peleas y mejoras salariales en apoyo para su familia.

“A los siete años de edad me inicie en el box. Mi hermano, primo y mi papá, también fueron boxeadores”, señaló el joven Fernando Robles, con récord de 5 riñas ganadas, una derrota, un empate, con cuatro nocauts.

Señaló que las oportunidades de trabajo para un boxeador profesional en su natal Oaxaca, son escasas.

“Por eso decidí venir a la Ciudad de México, aquí hay más peleas, más funciones de box. Hay más trabajo, acá hay más chances”, comentó.

El estudiante de la carrera de Derecho en la modalidad de en línea, dio a conocer el cómo fue que decidió a venir a la capital del país.

“Desde hace ocho meses ya vivo aquí. Recuerdo que en una función de box amateur, el señor Nacho Beristaín fue a Oaxaca, le gané a uno de sus muchachos. Cuando decido venir acá, fui a buscarlo, me reconoció de aquella vez, y actualmente entreno con él, en el gimnasio Romanza”.

Según el joven boxeador, Nacho Beristaín le ha pulido más la técnica.

“Me ha ayudado a tirar más los golpes, y a no recibir muchos; mantener la guardia arriba es importante. Soy un boxeador estilista, no de choque. Ese siempre ha sido mi estilo, y por eso mismo, tengo que mejorar aún más la técnica”, admite.

En su estancia en la urbe capitalina, Luis Fernando Robles, quien pelea en la división gallo, ha hecho “tres peleas, una aquí, y las otras dos fueron en Guadalajara y Chiapas”, por lo que avizora otro duelo más, tentativamente “en Guadalajara el 14 de abril, y si salgo bien, hay una proyectada para el 2 de junio en Chiapas”.

Para finalizar, el oaxaqueño Luis Fernando Robles, agradeció el apoyo “de mi familia, de mi papá Carlos Robles, de mi mamá Esperanza Pacheco, quienes me han apoyado mucho. También agradezco al señor Cristian del gimnasio diez segundos, por su apoyo económico y de equipo de entrenamiento”.

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