Aaron Pryor: gigante que pudo ser más

El Halcón fue un dínamo en el cuadrilátero, pero sus problemas con las drogas acortaron su carrera

Por José A. Sánchez Fournier

Aaron Pryor, junto a Héctor “Macho” Camacho, fue exaltado al Salón de la Fama del Boxeo en Canastota, Nueva York, en el 1996. (Archivo / GFR Media)

Una revisión minuciosa de los 60 años que Aaron Pryor pasó en la Tierra con toda probabilidad terminaría con la siguiente conclusión: El Halcón de Cincinnati pegó potentes golpes sobre el ring, pero recibió muchos golpes  peores fuera de este.

Continuamente agresivo, de manos pesadas, asimilador y con gran habilidad atlética innata, Pryor -quien murió anteayer-  sembró  terror en los cuadriláteros durante la década del ochenta. Pero su adicción a las drogas ilegales y repetidos encontronazos con la ley acortaron muy prematuramente la carrera de quien a pesar de sus traspiés es considerado el mejor júnior welter de todos los tiempos.

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