Mayweather vs Maidana / Baile de espejismos

(Foto cortesía: JORGE NAJERA)

He dejado pasar unos días antes de elaborar mi crónica sobre lo que fue este combate para tratar de organizar mis ideas. He podido leer y escuchar múltiples opiniones en diversas direcciones, y sin estar totalmente de acuerdo con ninguna, debo reconocer que es muy difícil sacar una conclusión certera sobre lo que nos ofrecieron Floyd Mayweather y Marcos René Maidana el pasado 3 de mayo.

Ante todo, fue un gran combate, de esos que glorifican este deporte, y en el que por primera vez en mucho tiempo, pudimos ver tambalearse a una leyenda viva del pugilismo. Resultado final ajustado, mucho, más de lo que quizás quisieron reconocer los jueces(116-112, 117-111, 114-114), pero favorable al fin y al cabo al rey del libra por libra, sin embargo, hay veces en las que una derrota puede ser una victoria y viceversa.

Corazón, así resumo el desempeño de Maidana sobre el ensogado. Como ya ocurriera contra Adrien Broner y otros tantos, el argentino se dejó hasta el tuétano por derribar la defensa perfecta de Mayweather, ejerciendo una presión abrumadora. De primeras logró algo que yo no creía posible: llevar al americano contra las cuerdas muchas más veces de lo previsto. En mi análisis previo, fundé mi opinión en la premisa de que Mayweather no pelearía tan estático como Broner, y durante muchos segmentos, me dejó mal, muy mal.

Floyd entró fatal al combate, con escasa movilidad y dejándose llevar al ritmo del pujante peleador argentino. Fue aquí donde Maidana tuvo su oportunidad. Lo hizo todo perfecto, presionó con constancia sin titubear ante las contras de Floyd, y logró empujarlo a una zona de peligro en la que cualquier mano podía ser fatal. El único problema que tuvo Maidana fue que esa mano limpia, capaz de romper la historia, no llegó.

Si calculáramos el tiempo que Mayweather y Maidana estuvieron en zona de peligro, nos saldría un balance impropio del boxeador con mejores piernas del mundo. Floyd corrió muchos riesgos permitiendo que el argentino lo arrastrara contra las cuerdas constantemente, y tan solo brilló en aquellos rounds en los que pudo mostrarse más activo de piernas manteniendo a distancia a su rival.

La duda que me invade es, ¿fue Mayweather el que decidió dejarse llevar? ¿O simplemente fue incapaz de imponer su ritmo? El primer caso me parecería un ataque de suficiencia alarmante, mientras que el segundo conllevaría unos cantos de sirena de lo más preocupantes.

Está claro que tras lo acaecido en su última pelea contra el Canelo, Floyd necesitaba emoción, y la entrega de Maidana se la proporcionó, ahora bien, decir que controló al argentino, cuando cerca estuvo de perder la pelea, me parecería una patochada. Porque si decimos que Maidana brilló, Mayweather no logró encantar, todo lo contrario, dio una imagen impropia de lo que le presupone a su calidad.

Dicho esto, enalteciendo el gran combate que realizó Maidana, y reconociendo el mal desempeño de Mayweatther, considero que el argentino no ganó la pelea. Dentro de todos los problemas que tuvo, entre los golpes al cuerpo,el “clinch”, y su astucia, Mayweather logró ajustar la pendencia al máximo, asegurándose mínimo un nulo, aunque para mi finalizó 2-3 puntos por encima.

Claro está que el vencedor moral fue el argentino, que con su combate se ha ganado el respeto del mundo pugilístico y quién sabe si una revancha. Por su parte, Mayweather ahora comienza a marear sobre si su retirada está cerca o no. Creo firmemente que no se va a retirar, pero también considero que no va a escoger un rival de las mismas características que el argentino, y apostará por una opción más técnica ya sea Khan, Porter Thurman o Danny García…

Maidana impresionó al mundo, y se dejó todo sobre el ensogado. Lamentablemente no fue suficiente, y tengo la sensación de que tampoco lo sería en una revancha, En cuanto a Mayweather, se ha demostrado que se le puede pelear y poner en más problemas que algunos de sus últimos rivales. Es muy bueno, mucho, pero vencible. ¿Quién será el siguiente? El que sea ya sabe el camino, poner corazón, corazón y más corazón, como Maidana. Un guerrero, un campeón.