Zamora orgullosa de sus raíces
La guerrera mexiquense Ibeth “Roca” Zamora quien esta semana expone su corona mundial minimosca del Consejo Mundial de Boxeo (WBC) ante Ava Knight; es una orgullosa otomí que aspira a llegar tan alto como sea posible, no sólo en el boxeo, sino en la vida.
La púgil, orgullo de San Cristóbal Huichochitán; lo ganó todo en el terreno amateur, se convirtió en una rival complicada que pronto recibió la oportunidad por el título nacional, aunque poco después se adjudicó la corona de México en su división, apenas en su sexta pelea como profesional.
Zamora ha recorrido el mundo entero en busca de oportunidades; muy joven viajó a Argentina para desafiar a la invicta Yesica Bopp, recibiendo por su gran actuación la oportunidad por el título mundial en Panamá, ante la venezolana Ana Fernández.
Entre sus blasones ostenta los títulos mundiales juveniles paja y minimosca del Consejo Mundial de Boxeo; además del gran triunfo de su carrera, despojando en Tokio a la japonesa Naoko Shibata del cetro absoluto minimosca del Consejo Mundial, apenas unos días después de haber perdido a su hermana mayor Carolina, quien se ha convertido en su ángel guardián.
La “Roca” se ha sobrepuesto a toda clase de carencias, siempre con la cara en alto, con el trabajo duro que le inculcaron en su familia y sobre todo con mucha humildad, factor que le ha permitido llegar a alturas insospechadas y no perder el piso.
Zamora entrena bajo la atenta mirada de su tío Cruz Zamora, ex púgil profesional, quien ha transmitido todos sus conocimientos y experiencias dentro del boxeo a la “Roca” quien presume un estilo combativo que no sería posible sin la gran resistencia física que obtiene de sus preparaciones en el Centro Ceremonial Otomí.
Su familia es un motor importante también en su vida, encabezada por sus padres Baltazar Zamora y Valentina Silva, sus hermanas Carolina, Lizbeth, Elizabeth y Edith, son su fortaleza arriba y abajo del ring.