Una triste, sangrienta e inconcebible payasada
No vi el evento de Triller. No le vi atractivo ninguno ni razón para comentarlo. Ese primer y único asalto de Holyfield-Belfort me apareció en el muro, en un video de Tik-Tok!! Senti al verlo una mezcla de pena e indignación con tristeza. Pena por ver a ese Holyfield casi de 60 años manteniendo la carcasa, pero destruido, gastado por ley de vida y por la cruel ley de los golpes recibidos.
Indignación por quienes mercadean este tipo de engendros, que ponen como sea el negocio por delante de la ética, sin respeto por lo que significa un deporte de riesgos y permiten una pelea real bajo estas condiciones: diferencias de edad y diferencias físicas. Tristeza por lo que un grupo de mercaderes ha convertido a este deporte que nos terminará por correr a todos.
Honestamente, luego del bochorno del CMB con Valdez, el show del horror que vendió Triller, no da ni risa, solo amargura. No conformes con transformar en carne de cañón a jóvenes y humildes boxeadores llenos de sueños, esa parte horrenda del negocio que nos ha invadido, también lo hace con golpeadas y vulnerables viejas glorias, llevadas al centro del circo a ser sacrificadas como un patético espectáculo, digno de la Edad Media. Una payasada sangrienta y sin ninguna gracia. Que indigna y da pura pena.