Un día el cual mi alegría se convirtió en una noche triste
Un día como hoy (hace 40 años), este servidor esperaba con ansias la cartelera a celebrarse en Detroit. Muchos todavía estaban celebrando el triunfo más grande de Latinoamérica, la del panameño Roberto “Manos de Piedra” Durán frente a la entonces estrella estadounidense “Sugar” Ray Leonard por el título mundial welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Ahora el turno recaía en el entonces campeón mundial welter AMB, el mexicano Pipino Cuevas (27-6-1, 24 KO’s) frente al joven pegador, el estadounidense Thomas “Hitman” Hearns (28-0, 26 KO’s).
Tenía la gran esperanza que Cuevas explotara ese gancho de izquierda en la quijada de Hearns. Pero desde el campanazo inicial Hearns salió al ataque con una velocidad de manos y punteria impresionante. Cuevas se notaba fuera de distancia, fallando lo que lanzaba.
Ese segundo asalto fue un trago amargo, Hearns midiendo con la mano izquierda y acto seguido una derecha violenta que puso a bailar a Cuevas, el “Hitman” repitió la derecha y el mexicano fue a la lona. Se incorporó en mal estado y su entrenador Don Lupe Sánchez detuvo el combate. Mi rostro mostraba incredulidad, ver al destructor de quijadas destruido.
En esa misma cartelera y par de horas antes, el entonces campeón mundial superpluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el puertorriqueño Samuel Serrano (42-3-1, 14 KO’s) por cinco asaltos estaba brindando una lección de boxeo al japonés Yatsusune Uehara (25-4, 20 KO’s). En el sexto asalto todo iba con el mismo libreto, y faltando unos segundos para terminar el mismo una derecha del japonés explotó en la barbilla de Serrano, este fue a la lona y no pudo superar los fatídicos 10 segundos.
También en horas de la tarde, me había enterado que en Cincinnatti (Estados Unidos) el legendario colombiano Antonio Cervantes “Kid Pambele” (87-10-3, 43 KO’s), había sido arrollado por el impetuoso joven, Aaron “The Hawk” Pryor (24-0, 22 KO’s) vía nocaut en el cuarto asalto y de esa forma perdió el título mundial superligero AMB. Aunque Cervantes tuvo sus segundos felices al derribar a Pryor en el primer asalto, eso fue peor porque “The Hawk” se levantó para duplicar la ofensiva por el resto del combate.
Cuando mis amistades preguntaban si pude dormir esa noche, mi rápida respuesta fue, “NO y no me hablen del tema”. Solo era un joven que resistía aceptar los resultados y no podía asimilar esas derrotas, aún sabiendo que Hearns y Pryor eran unos jovenes matadores. Y lo de Serrano fue una enorme sorpresa.