Tirando Guante: Marquez-Bradley

Estaba viendo el combate entre Juan Manuel Márquez y Tim Bradley en casa de mi hija, como acostumbro a hacerlo cuando no voy a la arena a verlo en vivo, y mi hija, en tono de ironía, nos apostó a los presentes que si Márquez perdía, como ya empezábamos a anticipar, se quejaría de nuevo de la decisión y se declararía robado. Nadie quiso apostarle, porque el mexicano ha sido tan buen boxeador como ha sido mal perdedor cada vez que no recibe la decisión en una pelea. Si bien es cierto que pudieron haberle robado el encuentro allá en Indonesia cuando perdió ante Chris John, Juanma sí ganó el tercer combate ante Manny Pacquiao, aunque la primera y segunda pelea, un empate y una decisión a favor del filipino, pudieron haber sido también para Márquez. Si mi hija, que sólo sabe de box lo que ha visto en nuestras reuniones familiares, ha podido detectarlo  los constantes lloriqueos del mexicano cuando no recibe la decisión, los que seguimos este bello deporte y a Juanma de cerca ya lo esperábamos.

Tan bueno como es ganando grandes batallas en el ring, así de malo es para aceptar cuando pierde. Dice que en Las Vegas sólo puede ganar por KO, que no es cierto, porque aunque los matusalenes miopes que seguido tiene Las Vegas como jueces son frecuentemente  muy malos, si se puede seguido ganar si el margen de victoria es claro, como es de Bradley sobre Márquez el sábado. Bradley, cuyo plan acertado era no fajarse con el púgil azteca, fue mejor boxeador que el mexicano. Bradley dijo que le dio a Márquez una lección de box, y aunque no fue para tanto y peca de exagerado, si fue más rápido, se movió mejor en el ring y empleó una gran estrategia para superar al mexicano. Márquez, quien falló al tratar de convertirse en el primer azteca en ganar 5 títulos mundiales en diferentes categorías, debe aprender, aunque se antoja que ya es muy tarde, a ser buen perdedor. Ante Bradley debería haber expuesto más para obligar a Bradley a fajarse, porque el nativo de Palm Springs, California es bravo cuando le pican la cresta. No lo hizo, quizá, porque no pudo.

Le pesaron sus 40 años. Si a Bradley le dieron un regalo los jueces en su combate ante Manny Pacquiao, no hubo tal obsequio ante Márquez. Bradley ganó por decisión unánime por algunos 3 o 4 rounds. “Este tipo de decisiones dañan al boxeo y obligan a la gente a dejar el deporte”, dijo Márquez, quien se fue llorando hasta el; banco con 6 millones de dólares. “No puedo ganar una decisión en Las Vegas. Sólo puedo ganar por nocaut. Mi esposa no quería que peleara con Bradley. Quería que me retirara. Voy a hablar con mi familia y decidir que voy a hacer después”. Una victoria sobre Bradley le hubiera puesto otra cereza al pastel que ha sido la carrera del mexicano, pero esta derrota en nada perjudica el legado de Juanma, quien se ha ganado a pulso su futura entronización en el Salón de la Fama Internacional.

En lo que se refiere a Bradley, no podemos culparlo por no haber buscado un combate de choque ante Márquez. Ya cometió este error en su pelea anterior ante el tozudo ruso Ruslan Provodnikov y por poco le cuesta su carrera, ya que salió muy averiado de este combate. Bradley aun tiene otras páginas que escribir en su libro boxístico, mientras que Márquez pudo haber escrito el último guión de su peliculesca carrera. “A mi no me va a ganar un cuarentón”, advirtió Bradley antes del combate. Tenía razón