Tirando guante

Nuestro comportamiento seguido es un reflejo de nuestro medio ambiente, y porque no decirlo, de nuestra raza. Mientras que púgiles mexicanos como Juan Manuel Márquez, Julito Chávez, Leo Santa Cruz, Orlando Salido y Canelo Alvarez son serios y respetuosos cuando opinan de sus rivales, a boxeadores Mexico-americanos como Brandon Ríos les da por insultar a sus contrincantes. Algunos peleadores afro-americanos llevan sus comentarios mucho más allá de la decencia. La influencia de la cultura americana, la cual es ruidosa y competitiva a morir, tiene que ver mucho con los desplantes, digamos de un Brandon Ríos, quien se ha dedicado a maldecir a todos los que lo menosprecian como rival de Manny Pacquiao. Sus punzantes insultos han sido dirigidos mayormente al comentarista de box Max Kellerman, quien ha dicho en HBO que Ríos es solo un oponente del filipino y que no tiene con que ganarle. “Voy a enseñarle a ese @#$%& que soy más que un oponente”, dice Ríos.

Sin embargo, quienes se llevan la más grande tajada del pastel son los peleadores afro-americanos. Mientras que Mike Tyson quería comerse a los hijos de Lennox Lewis, los comentarios del padre y tío de Floyd Mayweather Jr. nunca son dignos de publicarse cuando estos se refieren a los oponentes del “Money”.

El boricua Angel García,  padre del caballeroso campeón de las 140 libras, Danny García, no se queda atrás en eso de ser una figura detestable en el box. Es una cultura deprimente y desagradable. Quizá púgiles como Adrien Broner y ahora Curtis Stevens, quieren hacerse notar como en su tiempo lo hizo el gran Muhammad Ali. Pero estos imitadores de pacotilla no servirían ni para cargarle la maleta al bocón de Louisville, quien con sus insultos era simpático y caía bien, porque no decía malas palabras, aunque hay que admitir que muchos fans del box hubieran querido que alguien le hubiera dado unas trompadas al boxeador que una vez fue conocido como Cassius Clay.

Menciono todo esto no sólo porque Broner se ha dedicado a insultar a su próximo rival, Marcos Maidana, pero porque otro boxeador afro-americano, el desconocido Curtis Stevens está haciendo lo mismo, vertiendo veneno y palabras hostiles contra Gennady Golovkin (27-0, 24 KOs), el tremendo noqueador ruso, quien ante Stevens hará el sábado otra defensa de su titulo mundial medio. El campeón conocido como GGG, es un noqueador nato, capaz de destruir a sus rivales con un solo golpe con ambas manos, pero no deja de ser un caballero del ring.  Stevens, 25-3, 18 KOs, ha insultado tanto a Golovkin que finalmente lo ha sacado de sus casillas. “Tiene una boca muy grande”, dice el ruso en inglés todavía muy limitado. “Todo lo que hace Stevens es hablar, hablar y hablar en Facebook y en Twitter todos los días. No creo que esté loco, pero tiene pánico y voy a matarlo”, dice el campeón. “Me lo voy a chin…”, dice Stevens. “No me importa lo que le hizo a Mathew Macklin, quien subió al ring asustado, o lo que le haya hecho a otros rivales. Voy a subir al ring a desmadrarlo”. Abel Sánchez, entrenador de Golovkin, sin embargo, cree que si Stevens intenta atacar a su peleador, este caerá noqueado antes de 3 asaltos. Sin usar palabras altisonantes, Sánchez añadió que será un combate rápido y explosivo, porque Stevens no sabe lo que es el ponch hasta que le pegue Golovkin.

¿Porqué tienen que ser los peleadores afro-americanos de esta manera? Su protagonismo es evidente en muchos deportes. El ponerse la cachucha de beisbol al revés o por un lado, el colgarse excesos de collares y vestir estrafalariamente son cosas que ven en su cultura. Somos producto de nuestro medio ambiente y a veces esto no bueno