NO SALIÓ ARREOLA AL 8vo EN BIRMINGHAM
Por Andrés Pascual
¿Qué tiene Arreola? Valor, incuestionable, buena pegada, pero, los gigantes modernos, del tamaño de palmas reales y alcance de milla y media con el brazo extendido, bueno…además, es el # 9 en el escalafón del CMB.
Casi nada, Deontay Wilder (37-0, 36 KO’s) superó al californiano Chris Arreola (36-5-1, 31 KO’s) por 4 pulgadas de estatura y 7 de alcance; esos detallitos, aparentemente insignificantes, alejan cada día más al ejército moderno de mastodontes, de los tiempos en que mandaba la cartelera boxística el peso heavyweight.
De acuerdo a un hipotético valor de bolsa, estos “jarretús” están en números rojos: no hay uno solo que se pueda disfrutar como boxeador, me arriesgo y digo que no hay uno que valga la entrada ni el precio del PPV.
Cualquier mortal, desde un niño de un año a un anciano de 10l, sabía que Arreola no podría contra Wilder, quien, además, es fuerte y boxeaba en “su Estado”, sin que se haya podido comprobar aún cuánto de power-punchs puede asimilar y seguir, pero se sabrá, que “hay más tiempo que vida”.
Desde el 1ero, el perdedor trató de entrar a infight, pero los brazos largos de Wilder, que lo mismo le sirven para separar al oponente con el jab, marcar puntos que para “enmadejarlo” por la poca estatura y la diferencia desproporcionada en alcance del retador, se lo impidieron.
Entonces Wilder manejó el pleito como quiso, reabriendo viejas heridas en el rostro de Arreola y golpeándole al extremo de que, un par de veces, no cayó noqueado de milagro.
La esquina impidió que Arreola saliera a discutir el 8vo, con la pelea irremediablemente perdida, lo dejaron sentado y pidieron parlamento, bien hecho, de nada valía continuar exponiéndolo al castigo de un payaso superior, además, un irreverente antisocial falta de respeto.
Con esta victoria por abandono en algunos lugares o por nocao técnico en otros, Deontay Wilder retuvo su faja del CMB peso completo, el propio Mauricio Sulaimán ofició como supervisor.
En el 4to se produjo un hecho que reflejó dónde está, moralmente, el boxeo profesional en Estados Unidos, cuando Wilder separó a Arreola con el jab sobre su cabeza y representó movimientos sugerentes de felación o de práctica de sexo.
El referí no quiso ver semejante falta de respeto hasta a él mismo, porque, se observó cuando fue a la esquina a llamarle la atención al local, tuvo miedo no solo de descalificar a Wilder por conducta antideportiva y ofensa al público televidente (presente no, que era su público), sino que fue incapaz de soportar la mirada del trainer del individuo, que lo puso “como un bombín”, entonces el “tercer hombre en el ring”, impresionado, casi le pide perdón al entrenador por haber incurrido en el error de llamarle la atención a su boxeador.