Necesitamos el Mayweather vs Pacquiao
Dejémonos de pantomimas. No voy a poner en duda que actualmente hay una buena cantidad de boxeadores de nivel en el mundo, pero seamos francos, hay dos hombres superlativos, que por su carrera y por su boxeo son superiores a todos los demás: Por un lado Floyd Mayweather(45(26)-0-0), campeón en 5 categorías diferentes, por orden de títulos: WBC superpluma, WBC ligero, WBC superligero, IBF wélter, WBC wélter, WBC superwélter, WBC wélter, WBA superwélter y WBC superwélter; al otro Manny Pacquiao(55(38)-5-2), campeón en 6 categorías diferentes: WBC mosca, IBF supergallo, WBC superpluma, WBC ligero, WBO wélter y WBC superwélter. Los hay que sueñan con este combate, también los hay escépticos sobre si el momento para ambos ha pasado, pero amantes del boxeo, estaréis conmigo en que, incluso el más descreído de vosotros, tiene la curiosidad de ver este combate. Sí, la tenéis, no tratéis de disimularlo.
Puedo entender que muchos de vosotros tengáis dudas sobre Manny Pacquiao; si ya las albergabais cuando hace 3 años el filipino estaba en su mejor momento, más ahora. Su regreso victorioso contra Brandon Ríos sirve para confirmar que en el terreno físico, la explosiva derecha de Márquez no le ha dejado tocado. Lo vimos rápido, con unos increíbles desplazamientos laterales y letal en el terreno ofensivo. Es igualmente cierto que Ríos es un púgil que se adapta a la perfección a sus características, en defensa nefasto, y en ataque absolutamente plano, pero la versión del filipino, independientemente de las limitaciones de su rival, fue excelsa. A este nivel, siempre desde mi prisma, Pacquiao es el único boxeador con las armas necesarias para hacer sudar al mejor libra por libra, que no ganar, esa es otra historia.
Las virtudes de Floyd Mayweather son vox populi: desplazamientos, precisión, defensa y astucia. Desarma a sus rivales en la mayor parte de los casos,sin respuesta posible, superioridad que se traduce en combates carentes de la emoción que deberían, lo que repercute en las cifras de PPV, etc. Todos conocemos la obsesión del bueno de Mayweather por engrosar su ya rebosante cuenta bancaria, y sin rivales que desde el punto de vista mediático puedan seguir proporcionándole los ingresos a los que está acostumbrado, su encuentro con Pacquiao parece inexorable.
Sin embargo, todo apunta a que su próximo rival será el ex campeón mundial británico Amir Khan(28(19)-3-0) el 3 de mayo, sobretodo con miras a buscar beneficios al mercado europeo, pero ¿realmente alguno se siente motivado por este combate? Khan tiene técnica, y velocidad, pero es un púgil sin disciplina que estratégicamente en el encordado es limitado, un caramelo para el Rey del boxeo actual.
Si nos apoyamos en este supuesto, Pacquiao deberá buscar otro rival para su regreso el 12 de abril. Todas las bazas las tiene la revancha con el campeón wélter Timothy Bradley(31(12)-0-0). En su encuentro precedente, el americano no debió ganar, y el combate tendría su interés, pero sin duda sería un preludio, un escalón que, en caso de victoria, terminaría de postular al filipino para enfrentar en septiembre al mejor libra por libra. Bob Arum, cabeza visible de Top Rank, arde en deseos por iniciar las conversaciones y tanto Showtime, dueña de los derechos televisivos de Mayweather, como HBO, a sí misma poseedora de los de Pacquiao, buscarían llegar a un acuerdo para la explotación de esta pelea que batiría todos los récords en ventas de pago por visión. Pero más allá del terreno económico, esta pelea se debe firmar en 2014 por el boxeo.
Este, en ocasiones, no tan humilde servidor considera un esperpento que los mejores peleadores del mundo no se vean en un ensogado. Privarnos de este espectáculo a nosotros, que con nuestra afición y pasión sustentamos a este deporte, es un acto cruel y abusivo que emponzoña el boxeo. Cada gran combate que no se produce es una estocada letal que desalienta a los seguidores porque, no nos olvidemos, las grandes rivalidades y los duelos legendarios, conforman gran parte de los cimientos que convierten a este deporte en extraordinario. Ali no sería tan grande sin Frazier, Barrera no estaría grabado en nuestra memoria sin sus guerras contra Morales, Gatti sin Ward no habría pasado a la historia… Hace 3 años, entre dimes y diretes, exigencias económicas, acusaciones de dopaje, el combate no cristalizó. Ahora es el momento desde todas las perspectivas. Dejémonos de trivialidades. El boxeo os necesita, juntos, frente a frente. Como siempre ha sido y como siempre debería ser. Un saludo.
Por Jesús de Gregorio Enlund
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