Lupe Pintor y su trágica historia al haber asesinado a un rival
Lupe Pintor habló sobre el tema de causar con sus puños la muerte de un adversario (“no es agradable saber que en tus manos quedó la vida de alguien”, dijo), durante el Round 38 de WBC Talks.
En la charla con Víctor Silva, conductor de la misma a través de Facebook Live, el llamado Indio de Cuajimalpa estuvo acompañado -vía digital- por el famoso púgil olímpico y también doble monarca del orbe, Daniel Zaragoza.
En un breve repaso de su brillante trayectoria, en la que conquistó los cetros mundiales de peso gallo y supergallo de la entidad verde y oro, Lupe Pintor evocó cuando, el 19 de septiembre de 1980, en Los Ángeles, California, noqueó a Johnny Owen, un peleador galés cuya determinación inquebrantable le hizo ir más allá de sus fuerzas, caer a la lona y perder por nocaut en el duodécimo episodio, al disputar la corona gallo que el mexicano defendía.
Owen entró en coma y todavía luchó por su vida por siete semanas en un hospital angelino.
“Lo recuerdo como a un amigo -aseveró Pintor-, como un compañero de profesión, muy decente, respetuoso. A final de cuentas, es trabajo. Llegué preparado como él, que deseaba ganar un título del mundo. Cuando llega esa oportunidad, subes dispuesto a dar la vida con tal de lograr tu objetivo. Recuerdo que contra Carlos Zárate (al que Lupe destronó, en junio de 1979 en Las Vegas), yo quería el título. Después que Zárate me mandó a la lona, igual, si me hubiera tocado estar en la situación de Owen, fue en una lid de trabajo. Así fue la de Owen; desgraciadamente, me tocó noquearlo y después que quedara sin vida. Es algo muy difícil, una tragedia, es duro recordarlo”.
El orgullo de Cuajimalpa reveló que se repuso del duro trance, gracias al respaldo de su familia y de su equipo, encabezado por el mánager “Cuyo” Hernández.
“Me aconsejaron que, si seguía, lo hiciera con todo. ‘Si no, aléjate, quítate’, me decían, ‘porque el próximo rival viene con ese propósito, con esa ambición, te va a borrar del mapa’. Desde entonces, volví a prepararme como todo un profesional”.
Más adelante, Pintor, cuyo ídolo es el “Púas” Olivares, dejó el trono de los gallos por no poder dar más el peso requerido -según observó- y subió a supergallo. En esa división lograría su segunda faja del WBC, aunque confesó que “ya estaba en final de una carrera llena de trabajo y esfuerzo”.
En agosto de 1985 derrocó por decisión unánime a Juan “Kid” Meza. Y califica dicho éxito como “una de las más grandes satisfacciones, como fue callarle la boca a golpes al ‘Kid’, el tipo más vulgar que he conocido”.