La victoria de Spence sobre Mikey no es la proeza que dicen que es

Como vas a jactarte que es tu mejor victoria de tu carrera y creer todos los superlativos que acostumbra usar el promotor Richard Schaffer si venciste a un rival que superabas en todo, menos en corazón. Quiero ver a Errol Spence, a quien admiro como tejano que soy, pelear con un peso medio como Canelo o Golovkin, y salir adelante. Una victoria sobre estos dos boxeadores o sobre Daniel Jacobs se sería para aplaudirse. Yo no sé qué pensaban Sugar Ray Leonard y Mike Tyson cuando escogieron a Mikey para vencer a Spence. Sinceramente, yo pensaba que Mikey, uno de mis boxeadores favoritos, caería noqueado antes del 5º asalto. Leonard hizo un papel respetable ante Marvin Hagler, aunque creo que perdió, pero seguido resulta más fácil que un welter le pegue a un mediano que un ligero le pegue a un welter. Spence le pegó a un ligero inflado y punto. Nada excepcional hizo para hincharse de orgullo.

Otra vez la burra al maíz. (dicho mexicano). Mikey García insiste en buscar un 5º titulo en peso welter. ¿Qué es lo que no entiende? Al menos que se tope un welter mediocre que se haya tropezado con un titulo mundial y le haya caído el fajín en las manos, Mikey no le gana a los welters de primera línea como Danny García, Terrence Crawford, Shawn Porter, Keith Thurman y ni al veterano Manny Pacquiao, quien ya no es tan bueno como el cree que es. En sus peleas en 140 libras, Mikey no ha noqueado a nadie. Su peso son las 135 libras, en donde seguiría dominando, pero parece que ya no quiere regresar a ese peso. Un combate ante Lomachenko le dejaría muchos billetes y una victoria borraría su pobre actuación ante Spence. Todo ser humano, y en especial los boxeadores, deben conocer sus límites.

El que se llevó la noche en el majestuoso estadio de los Dallas Cowboys fue el peso gallo mexicano de Tijuana, Baja California, Luis “Pantera” Nery. Hace mucho tiempo que no veía a un 118 libras tan poderoso y fuerte como el barbón azteca, y vaya que he visto muchos. Nery es un púgil sólido, fuerte, con técnica, resistente y con poder en los nudillos. Cómo México-americano, extraño mucho la época de Rubén Olivares, Chucho Castillo, Rafael Herrera, Rodolfo Martínez y Romeo Anaya. Llegaron los japoneses, grandes guerreros y excelentes y bravos pugilistas, y tomaron el lugar dejado vacante por los mexicanos, aunque Abner Mares y Leo Santacruz siguen en la batalla. Pero ninguno tiene el poder, aparte de Jhonny González, de un Nery. Si se cuida y acude al gimnasio con frecuencia, vamos a ver muchas cosas buenas del tijuanense.

Una vez cerrada l edición Mikey/Spence, la atención vuelve a ser acaparada por el combate Canelo Alvarez/Daniel Jacobs. Aunque tilden los expertos como favorito al pecoso de Guadalajara, Jacobs es un rival muy peligroso para Canelo. Es tan peligroso como el mismo Golovkin, pero el mexicano sigue enseñándole a los incrédulos y a los que lo ven como un campeón mediocre que no le saca la vuelta a nadie y que peleará con todos los mejores a su tiempo. Canelo es el Lado A en cualquier confrontación. El y Oscar de La Hoya deciden quien sigue y punto.

David Benavidez va que vuela hacia otro campeonato, si deja l coca a un lado. Se vio bien destrozando al duro J’Leon Love. Un combate ante el Zurdo Ramírez sería mas que atractivo.