LA VICTORIA DE BRONER Y EL FANTASMA DE PACQUIAO
He leído comentarios sobre la apretadísima pelea que le ganó Adrien Broner a Paulie Malinaggi de todos los colores; sin embargo, el más atractivo es el de “la subida de peso”, que le metió directo en los welters desde las 135 libras sin escala en las 140.
¿Pudo afectarse su desempeño por semejante alteración natural? Por supuesto, el nuevo campeón welter del AMB enfrentó a un peleador que hace rato boxea como un 147, por eso su pegada no tuvo suficiente poder para anestesiarlo; además, aunque Paulie no pega, le “echó hacia atrás” algunas veces con golpes que cualquier peso welter debe recibir sin trastabillar.
Ni la velocidad propia ni la capacidad para anular la enemiga responden igual cuando se sube de división dos niveles… El experimento debe hacerse escalonadamente y habituando el cuerpo al training y al combate con algunas peleas de ajuste a la nueva situación.
Adrien Broner tuvo problemas en el 2010 para dar el peso por uno de los tantos cinturones que regalan como “souvenir” los organismos, en aquella oportunidad CMB, categoría juvenil intercontinental. Fue el 9 de abril contra Guillermo Sánchez, al que noqueó en 2 rounds con premio desierto.
El 21 de julio del año pasado no hizo el peso límite para defender su faja supergallo OMB contra Vicente Escobedo, pero le ganó por nocao técnico sin posibilidades de ceñirse la corona.
Eran las señales de que debía abandonar las divisiones más bajas a la junior welter, sin embargo, decidió debutar en las 147 ½ por la faja mundial de Malinaggi.
Al momento de firmarse el compromiso, Broner tenía dos pleitos como peso ligero y ninguno como welter junior, entonces se decidió por la más emblemática y atractiva división del boxeo en toda su historia… y no pudo brillar como se suponía que sus tan cacareadas habilidades presagiaban.
Hay una pregunta en el aire: de ahora en adelante, ¿Está dispuesto a enfrentar a los peligrosos contrarios que tiene la división o, como Mayweather jr, evitará al que tenga posibilidades contra él?
Broner no es el único boxeador que ha visto reducido su arsenal y su capacidad boxística ante un rival de una división superior que no tuvo que esforzarse para hacer el peso, sobran nombres.
Sin embargo, Manny Pacquiao hizo barbaridades y fue una falta de respeto colosal que masacrara a rivales naturales de divisiones superiores mucho mejores que él, mucho más fuertes que él y que nadie, absolutamente nadie, ni hiciera intentos por asimilar con la justicia que ameritaba, por rara y sospechosa, la fabricación de un campeón que da vergüenza que algunos todavía defiendan como lo mejor del boxeo.
Broner es un “paquete” solo que bien envuelto. Un imitador y Segundas Partes NUNCA fueron buenas.