Isaac Cruz se fajó el cinturón Guerrero Azteca ante un aguerrido Ángel Fierro.
Por Jaime Estrada vidaboxeo1@gmail.com
Fotos Jorge Nájera.
Isaac Cruz retornó al ruedo violento superligero, después de que en su última contienda lograron bailarlo bien y bonito, para adjuntarle una derrota más a su currículo, pero los expertos en las matemáticas de comparación en las casetas de apuestas en Las Vegas, figuraron que Ángel Fierro sería pan comido para Pitbull por su pegada más valorada, y las apuestas fueron de arriesgar $100 para solo obtener $10.
En la presentación inicial, se dieron las 10 campanadas en memoria de Israel Vásquez, y el presidente del CMB, Mauricio Sulaiman presentó el cinturón Guerrero Azteca en honor a las tremendas guerras epicas, donde se involucró El Magnifico, en especial las cuatro contra Rafael Márquez.
Pitbull llegó con su bozal de “perro en son de bronca”, y ambos empezaron pegaditos, aunque Cruz pronto puso su mensaje contundente, aunque Tashiro no sólo vino por un sueldo y se le puso al tú por tú sin medir las consecuencias, y no sucumbió, pero si se tambaleo un leve, y siguió en la riña, donde si le estaban dando hasta para llevar de lonche.
Y las chispas sacaban lumbre por doquier, aunque de un sólo polo, pues Fierro estaba siendo detectado en el toque de queda, una verdadera guerra sin cuartel.
Fierro como prometió no daría paso redoblado y estuvo pagando con creces tal osadía, pero si se le da el crédito total de aguantar guantadas mal intencionadas, que quizá otro en su lugar hubiera sucumbido sin remedio.
Isaac cerraba todas las avenidas y aterrizaba su cuero a dos manos, Ángel con el jab intentaba mantenerlo a raya, pero no lo lograba del todo, aunque si le aceptaba el toma y daca sin comparsa, fue un tercer asalto a salto de mata.
El de Tijuana quería convencerse de que si se puede, y hacia lo que podía para hacer valer su pegada, en especial aprovechando cuando Cruz erraba la marca, y seguía cumpliendo al pie del cañón su promesa de estar en el vértigo de lo angosto sin recular.
Pitbull no se andaba por las ramas, y sus golpes hacían mella, acicateando a mas no poder a un rival, que no respingaba ante nada, y seguía dando lata. Cruz cerraba el quinto atacando a dos manos.
Cuando el de México, aminoraba el paso, Fierro apresuraba su ofensa, y no daba muestras de claudicar ante ninguna circunstancia, y si que se vio consistente en el sexto asalto, aunque tampoco se fue muy limpio de guantadas que digamos.
En el séptimo Isaac daba señales de cansancio y la historia ya no era sólo sobre su ataque sin miramientos, y Ángel tuvo su tiempo para brillar con esplendor, y hasta se le vino otra vez la idea de que si se podría vencer a ese Pitbull que no tenia freno para hacer daño.
Cruz ya no se miraba tan dominante, y su puntería bajo de nivel, pero eso sí, todavía seguía pegando como patada de mula, y Fierro se metió entre ceja y ceja que si pertenecía a la misma liga de guerrero a prueba de fuego, y avanzaba en la línea si estaba una hoguera, sin dar indicios de querer dar toque de retirada para nada.
En realidad Pitbull no se esperaba a un Fierro tan fiero, que seguía sin dejar de lanzar granadas aunque, no tan detonantes como las de Isaac, quien trataba de aniquilarlo con uno de esos ramalazos que sacaban suspiros de admiración de los fanáticos , mudos testigos que la cabeza de Fierro parecía que se desprenderia del cuerpo de un momento a otro.
En el decimo round, Tashiro seguia sin darse por vencido, y en automático disparaba y aguantaba toda embestida en su contra, y el público presente fascinado con una verdadera conflagracion sin tomar prisioneros, fusilandose al momento.
Ambos reconocieron su valentía en un abrazo de respeto al final del evento, y Pitbull dijo que si estuvieron a la altura de una guerra sin cuartel al recibir el cinturón Guerrero Azteca en memoria de un gran gladiador como lo fue Israel Vazquez.
Cruz dijo que el cinturón en honor al Magnifico si estuvo a la altura a su combate ante Ángel Fierro, y su entrega fue total en el ring porque sus mejores jueces son el público que lo aprecia, y que su nombre quedo muy en alto en la Guerra Civil Mexicana, donde salió con el brazo en alto.
Tashiro dijo que nunca estuvo en sus planes claudicar, y que piensa que si hizo los suficientes meritos para merecer una segunda contienda contra Isaac Cruz.