Golovkin-Brook / La toalla del engaño
No me imagino como se habrá sentido el público inglés cuando vio esa inesperada toalla lanzada desde una esquina para detener la pelea y declarar vencedor, así de repente al kazajo Gennady Golvkin ante su boxeador local Kell Brook. Lo digo porque al público ingles le apasionan de verdaderas batallas sobre el ring y lo digo además porque dicho público pagó por abarrotar una instalación para al menos ver a su gladiador hacer una gran pelea.
Y aunque muchos medios coinciden en que Kell Brook hizo un gran combate, opino que cuatro asaltos tratando de sobrevivir y un sutil plan de detener la pelea ante el más mínimo peligro que se presentara no es un gran combate ni mucho menos, menos aun cuando el propio Brook al finalizar el pleito declaró en entrevista que la toalla había sido muy bien tirada.¡Increible!
Entonces, ¿por qué hacer subir de peso a un welter a los medianos para un evento que todos sabían cuál sería el resultado? ¿Por qué tirar una toalla a pocos segundos de finalizar el quinto asalto cuando al propio Brook se le vio con los brazos abiertos como invitando a Golovkin a lanzar aun más golpes? ¿Por qué Brook salió tan pasivo en ese round y dejó de tirar de repente? ¿Cansado tan temprano un boxeador profesional que supuestamente debe estar excelentemente preparado para batallas como estas y a doce asaltos? ¿O todo habrá sido un plan de la esquina para terminar de una vez con el gran show que comenzó a montarse el mismo día en que se anunció que Brook pelearía con Golovkin?
Lo cierto es que el público volvió a ser víctima de otro engaño muy sutil pero bien elaborado. La toalla que decepcionó al público pero que engañó a muchos. El boxeo es un deporte de combate y mientras algunos boxeadores arriesgan sus vidas y mueren innecesariamente por negligencias de sus equipos y de árbitros, otros van a montar un show sin arriesgar prácticamente nada. Recordemos que estamos refiriéndonos a encuentros de boxeo, hay que tenerlo bien claro, no a partidos de ajedrez?
Y realmente no quisiera que se me criticara al aducir que al tirar la toalla se evitó una desgracia posible, no estoy de acuerdo. Creo que sin llegar a este posible montaje, se hubiera evitado ese riesgo simplemente no programando un encuentro tan absurdo como este de la noche a la mañana.
Otro gran show de lo que llamamos boxeo, pero que cada día es menos boxeo. Mientras los pejes gordos continuen imperando en la rama, encuentros como este y situaciones como esta continuarán sucediendo. Lamentable.