Una ola de orgullo se apoderó de Guayabitos, Nayarit, México, cuando Armando «Toro» Rezendiz (16-2, 11 KOs), promovido por Boxlab Promotions y Warriors Boxing, regresó a su ciudad natal tras su emocionante victoria sobre Caleb «Sweethands» Plant, con la que se aseguró el título interino de peso supermediano de la AMB. En una concurrida rueda de prensa, seguida de un desfile al que asistieron familiares, amigos, aficionados y medios de comunicación locales, Rezendiz habló desde el corazón sobre la importancia de esta victoria y lo que le depara el futuro en su prometedora carrera.
Esta victoria tuvo un enorme significado para Rezendiz, representado por Jesse Rodríguez, como él mismo afirma: «Este cinturón lo es todo para mí, es la prueba de años de duro trabajo y perseverancia. Antes de este combate, yo era solo otro contendiente que quería demostrar su valía. Ahora, como campeón mundial, siento que he alcanzado un nuevo nivel. Me ha dado confianza y me ha abierto puertas que nunca creí posibles. Pero, sobre todo, me ha demostrado que nada es imposible si realmente crees en ti mismo y en tu equipo».
Armando ama mucho su ciudad natal y dice: «Cada vez que peleo, llevo conmigo el nombre de Guayabitos. Somos un pueblo pequeño, pero tenemos un gran corazón y grandes sueños. Estoy orgulloso de mi herencia y espero que esta victoria demuestre a los niños de mi pueblo que ningún sueño es demasiado grande. Esta no es solo mi victoria, es una victoria para todos los que alguna vez creyeron en mí y para la gente de Nayarit que siempre me ha apoyado».
Cuando se le preguntó qué vendrá después, Rezendiz respondió: «Este título es solo el comienzo. Quiero seguir avanzando, defender este cinturón y desafiar a los mejores de la división. Mi objetivo es unificar los títulos y demostrar que puedo enfrentarme a cualquiera en el mundo. Ahora mismo, me mantengo concentrado, humilde y entrenando aún más duro en el gimnasio. Sea quien sea el próximo, estaré listo».
El ambiente en la rueda de prensa era electrizante, con cánticos de «¡Toro! ¡Toro!» resonando en la sala mientras Armando respondía a las preguntas y posaba para las fotos con su nuevo cinturón de campeón. Los aficionados hacían cola para conseguir autógrafos y selfies, mientras los familiares abrazaban emocionados al recién coronado campeón.