
El Papa Francisco en diálogo con Sergio “Maravilla” Martínez en la Plaza San Pietro EFE
OSVALDO PRINCIPI
Ni de joven ni de grande, el sacerdote Jorge Mario Bergoglio mostró afinidad con el boxeo. Su pasión deportiva desde niño hasta el día de su muerte fue su amado San Lorenzo de Almagro y jamás vaciló en memorizar sus formaciones desde los años 40 en adelante.
Sin embargo, con el paso del tiempo y ya consagrado como Papa Francisco, en modo cálido y casi curioso recibió –sin objeción alguna– la ofrenda de todos aquellos que subieron a los ring llenos de sueños y esperanzas: el cinturón de campeón mundial.
¿Qué particularidad tiene todo esto? Francisco fue el primer Papa que alzó con sus manos un cinturón de campeón de boxeo. Un hecho inusual y políticamente incorrecto en un mundo en el que la “moralina” aún cotiza en bolsa. Su inolvidable recepción al bonaerense Sergio “Maravilla” Martínez en la plaza San Pedro, el 16 de octubre de 2013, marcó un punto de partida para la relación entre el sumo pontífice y el pugilismo.
Sobre todo, con el Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Asumieron una misión a cumplir por medio de Scholas Occurrents, la organización internacional del derecho pontifico sin fines de lucro, fundada por el Papa Francisco en 2013.
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El Papa que entendió los sueños del boxeador y levantó el cinturón de campeón – LA NACION
