(Foto: Suministrada)
Kevin Brown se impuso ayer por decisión unánime frente a Amos Cowart, en una actuación que fue mucho más que una simple barrida en las tarjetas. El púgil ofreció una auténtica disertación de boxeo, controlando el ritmo del combate de principio a fin y dejando claro que su crecimiento como peleador es cada vez más evidente sobre el cuadrilátero.
Aunque su estilo no termina de convencer a todos, lo cierto es que Brown continúa mostrando una evolución notable. Su velocidad, los giros constantes, la movilidad de piernas y un timing impresionante fueron las claves para neutralizar a su rival. Si bien no posee esa pegada devastadora, esas virtudes técnicas acaso compensan con creces esa carencia y le permiten dominar los combates desde la inteligencia y la precisión.
Cabe recordar que esta pelea no era la originalmente pactada. Brown debía disputar un título interino, pero el combate se vino abajo tras el positivo por dopaje de Cletus Seldin, lo que obligó a la promotora a buscar un reemplazo de última hora en Amos Cowart. Aun así, Brown asumió el compromiso sin excusas y respondió con una actuación sólida y madura.
Para los puristas del boxeo, lo visto anoche fue una clara muestra de lo que representa el arte del boxeo. Kevin Brown no solo ganó, sino que volvió a demostrar que su propuesta va más allá del nocaut; es un peleador que entiende el ring, que piensa cada acción y que sigue puliendo un estilo que, guste o no, cada día se aprecia mejor.
El autor es originario de Cuba. Es escritor y analista de boxeo desde el 2006, con más de 1,000 publicaciones en diferentes páginas de internet y medios informativos.
Conduce el programa ‘Gancho de Derecha’ en el canal ‘Manny Boxing Channel’ y dirige la página Boxeo de Altura en Facebook. Además ha publicado varios libros, el último de ellos el 2022: “El Boxeador, el niño que soñó con ser campeón del mundo”.