(Foto cortesía: BOXINGSCENE)
El boxeo mundial se prepara para un choque de alto voltaje en diciembre: el cubano Erislandy Lara y el kazajo Janibek Alimkhanuly se enfrentarán en una esperada pelea de unificación, con sede probable en San Antonio, Texas. Aunque la fecha aún no está confirmada, el anuncio ha generado gran expectación, pues se pondrán en juego tres de los cinturones más importantes de la división de los medianos (160 libras).
Alimkhanuly, invicto y considerado una de las figuras más temidas del boxeo actual, había declarado recientemente que no tenía problema en medirse con Lara o Adames. Finalmente será el cubano quien ocupe el lugar, en un cruce que pondrá a prueba tanto la agresividad y potencia del kazajo como la experiencia y el estilo técnico del veterano guantanamero, actual campeón de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA).
En el caso de Lara, la pelea representa una oportunidad histórica. Si logra vencer, solo le quedaría un cinturón por conquistar para aspirar al campeonato indiscutido de los medianos. Sin embargo, él mismo ha reiterado en varias ocasiones que no pelearía jamás contra su compañero de equipo, el dominicano Carlos Adames, dueño de otro de los títulos de la división. Pese a ello, en el boxeo “nunca digas nunca”, y el futuro siempre puede deparar sorpresas.
De concretar la hazaña, Lara haría historia como el primer campeón indiscutido de la era de los cuatro cinturones con 42 años, algo nunca visto en el boxeo moderno. La posibilidad de convertirse en indiscutible a una edad tan avanzada pondría su nombre en un lugar privilegiado dentro de la historia del deporte, confirmando su vigencia y su legado entre los grandes exponentes cubanos.
No obstante, la sombra de Terence Crawford aparece como un obstáculo inevitable. El estadounidense, que ya ha conquistado el estatus de indiscutido en tres divisiones, tiene como meta buscar el mismo logro en las 160 libras durante 2026. Y en esa ruta, el ganador de Lara vs. Alimkhanuly se perfila como la pieza clave para que Crawford pueda consumar la que sería una de las gestas más impresionantes jamás vistas en el boxeo.
Para Crawford, un escenario como este resulta ideal: lograr un cuarto campeonato indiscutido sería mucho más factible si lo hace en solo dos peleas, primero enfrentando al vencedor de Lara-Alimkhanuly por tres cinturones y después concretando la unificación total. A su edad y en esta etapa de su carrera, un plan de esa magnitud no solo es más cómodo, sino también histórico y absolutamente realista.
