Tanque sigue con su colección de cloroformos y Banavidez gano bien pero sin convencer.
Por Jaime Estrada Estrada89030@yahoo.com
Fotos Jorge Najera.
Para todos los fanáticos incrédulos que afirman que el boxeo está en declive este sábado 14 de junio se ofreció una cartelera donde hubo casa llena en el MGM, que por cierto están celebrando sus 100 eventos de peleas memorables. En la pelea de la noche de campeonato ligero AMB, Gervonta Davis sigue con su avance en los más solicitados en el mundo del boxeo con un espectacular cloroformo en el octavo asalto ante Frank Marin, quien fue un rival astuto que empezó con el pie derecho atacando y desapareciendo, haciendo alarde de su mote El Fantasma.
El Tanque no bajaba bandera y lo acosaba a sol y sombra pero Marin se escabullía no sin antes poner su granito de arena en las tarjetas oficiales. Davis lanzaba granadas mal intencionadas pero eran interceptadas por Marin que estaba resolviendo todo problema y haciendo pagar la osadía y cuando se veía en problemas agarraba con ganas de no soltar y hasta de tumbar a Gervonta de costalazo. Ya para el sexto asalto Davis puso el acelerador en disparar a quemarropa y Frank insistía en refugiarse en una esquina neutral donde era fácilmente detectado por los disparos del monarca y cuando el fantasma volvió a la misma esquina El Tanque le lanzo una lluvia de cuero y en vez de pisar el suelo Martin quedo a merced de un disparo a quemarropa que lo dejo tendido en la lona.
Davis sintió que no se incorporaría y se fue a bailar entre las cuerdas en su esquina y subiendo hasta arriba de las cuerdas maromeo hacia atrás como lo hizo en durante la semana.
En la coestelar David Benavidez gano de manera unánime pero la intriga consistía en ver si daba con la media de las zapatos de los semi mastodontes y le quedaron apretados, a pesar de todo los expertos en los momios lo pusieron favorito 5-a-1 Olek Gvozdyk.
El Monstruo se le pegaba como sanguijuela atacando con eficacia las zonas blandas y la cabeza de un ucraniano que no absorbía todo como si nada.
David si encontró un método cómodo de imponer su ley, pero su adversario seguía en pie y atando con el jab de zurda por delante para tratar de introducir su diestra, en los asaltos cruciales Benavidez bajo su producción considerablemente mientras que Olek trataba de emparejar una pelea que sabia la llevaba perdida. David continuaba buscando un disparo de cloroformo que nunca llego y si quiere enfrentar a la crema y nata en las 175 libras más de vale que se ponga buzo porque no se vio de lo mejor que digamos ante un contrincante regular.
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