Larry Holmes reconoció que Norton era el tipo más duro que había enfrentado en su carrera
(Foto: Suministrada)
Una de las grandes batallas de peso pesado se escenificó el 9 de junio de 1978 cuando Larry Holmes y Ken Norton se vieron las caras por el título del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Leon Spinks era el campeón tras derrotar a Muhammad Ali y se suponía lo defendiera ante Norton que era el primer retador, pero prefirió dejarlo vacante dado que en una revancha ante el más grande ganaría mucho más dinero que enfrentar a un tipo duro y con quien no ganaría mucho como el llamado “Hércules Negro”.
El CMB le quitó el cinturón a Spinks y ordenó una pelea entre Ken Norton y Jimmy Young para determinar quien sería el nuevo campeon en propiedad. Norton salió victorioso y Holmes era el retador mandatario. En una entrevista previo al encuentro, Holmes declaró que había vencido a Earnie Shavers y a Roy Williams que eran grandes pegadores y que aún tenía espacio para aprender y mejorar. Algo que no mencionó en el momento era que se había lesionado un músculo del brazo izquierdo y que ocultó ese detalle porque no quería que la pelea fuera pospuesta por lo que peleó los 15 rounds básicamente con un brazo.
La pelea fue emocionante desde el principio con el retador usando su jab izquierdo y su mano derecha para mantener a raya al campeón. Norton buscaba presionar, pero los pies de Larry eran muy rápidos y le permitieron llevar el control de la mayoría del encuentro. Al pasar los rounds Norton ganaba ventaja gracias a su mano derecha que estremecía a Holmes con golpes al cuerpo. El retador absorbió mucho castigo, pero Norton cortaba el ring obligando al ex sparring de Ali a pararse a intercambiar golpes.
El último round (o sea el 15) fue simplemente violento y tal vez el mejor en una pelea de peso pesado. Holmes sabia lo que venía, pero estuvo dispuesto a arriesgarse para demostrar que aún quedaba gasolina en el tanque y al final ganó. Ahora era el nuevo campeón mundial, sí, aquel a quien muchos apostaron en contra ganó. Luego mencionó que no importaba si había ganado por un punto o más, lo importante era que había ganado. Más tarde rindió respeto a Norton al decir que tras esa pelea sus 20 defensas titulares eran como comerse un pastel y que Norton era el tipo más duro que había enfrentado en su carrera.