SI DE RACHAS SIN PERDER SE TRATA, NI MARCIANO NI MAY jr.

2 Dec 2000: Ricardo Lopez lands a left upper cut during the IBF Junior Flyweight Title fight against Ratanapol Vorapin at the Mandaly Bay Resort in Las Vegas, Nevada. Lopez defeated Vorapin by a Knock Out in the Third RoundMandatory Credit: Al Bello /Allsport

Hay comentarios de cronistas de habla castellana en el beisbol y el boxeo que son desleales y oscuros por naturaleza, por ejemplo, a la hora de tratar “lo mejor del beisbol hispano en cualquier departamento” y confeccionar un “equipo de ensueño”, dejan fuera de lugar a peloteros como Dihigo o Torriente, al efecto, la justificación para no incluirlos suena hueco: “solo los que jugaron en GL”, pero los americanos, en mayoría, no discriminan sobre esa base ni a Paige ni a Gibson ni a Charleston…incluso ni a Turkey Stearnes.

Si mete la mano en el gran saco de lo que yo entiendo como la combinación del desconocimiento con la mala idea, puede sacar un conejo de nombre Alfonso López, nacido en Tampa y de padres españoles que ¡JAMÁS!, en ningún ranking o “novena ideal”, lo ponen como catcher ni porque, durante mucho tiempo, fuera de lo mejor entre los 3 mejores defensivamente, pero, que no ocupe la dirección de ese “dream team” es un soberano sacrilegio, porque, si algún hispano o de origen todavía no ha sido superado por ningún otro de la región como director de equipos de Grandes Ligas ha sido Al López, el Tampeño inmortal que tiene su nicho bien ganado en Cooperstown…

En el boxeo hay una cofradía sucia, pecadora, habilitada para establecer lo que quieran los cronistas de acuerdo a intereses personales y de grupo: Marciano se retiró invicto con 49 triunfos, el Niño Bonito no, ese no puede retirarse todavía, pero el mexicano Finito López (foto), no cuenta ¿Por qué?

El pequeño y extraordinario peleador efectuó 52 peleas y no perdió entre profesionales, lo que hace fuera de serie su caso es que tampoco perdió como amateur, es decir, este hombre es el único invicto del boxeo en su larga historia como disciplina de entretenimiento. Además, noqueó a 38 oponentes.

Pero, si analiza con seriedad el pugilato de acuerdo a invictos, el demoledor Edwin Valero debiera ser mencionado entre signos de admiración, porque ganó 27 sin perder y todas por nocao, además, fue doble campeón y no hubo nadie en el horizonte, en los pesos que dominó, con aspecto de posible ganador ante el venezolano.

Claro que para no incluirlo en el pequeñísimo grupo intocable de dos, contra Valero habrá una justificación de acuerdo al número en el palmarés exigido para la comparación, sin embargo, ¿Qué de Finito?

Mire, desde sus debuts hasta que perdieron la primera, Robinson y Willie Pep pasaron de 60 victorias, para que perdiera la primera el pluma inmortal, se necesitó una decisión controversial desde que prepararon el pleito, pero no cuentan, no pueden contar porque, a fin de cuentas, no concluyeron invictos carreras mucho más largas que Marciano y May jr.

Toda esta forma de arreglar clase, lugares escalafonarios en la inmortalidad y prestigio, se produce gracias al desprestigio de una crónica moderna “sui géneris”, adaptada a exigencias e intereses, por lo general, fuera del ring o del diamante.
Desconsiderar al tampeño Al López es de gravedad incalculable, exactamente igual que dejar fuera del primer lugar como invicto del boxeo a Finito López, porque pesaba unas cuantas libras menos y porque su palanca no ha renido fuerza suficiente para levantarle el brazo de ganador en esta pelea.