Yoel Romero: Soldado veterano de guerra
Inicialmente, Yoel Romero (9-1) se iba a enfrentar en febrero a otro brasilero,Ronaldo Souza, pero una neumonía de éste pospuso la cita para abril. Entonces, fue Yoel quien tuvo que cancelar el combate a causa de una lesión en una rodilla. AhoraUFC le entregó la pelea contra Lyoto Machida (22-6) en el sur de Florida, lugar donde debe tener un fuerte apoyo del público, debido a la gran comunidad cubana por esos lares.
Un cambio de rival en tan poco tiempo obliga a los peleadores a ajustar su estrategia de manera dramática, sobre todo cuando vemos que ¨Jacare¨ y Machida son dos guerreros diferentes. Machida es elusivo, muy rápido con sus manos y muy difícil de derribar. Su estilo, como buen karateca, es de contragolpe, de esperar a que el rival avance, ataque y aprovechar los errores y espacios que dejen para golpear con manos y piernas, siempre prefiriendo las acciones de pie.
Ahí es donde Yoel Romero tiene que hacer sus ajustes, sabiendo que peleadores como Machida no se duplican. Su estilo es único y no lo vives hasta que estás con él en el octágono, elemento que, sin duda alguna, dificulta la preparación del cubano. Pero así son los grandes retos y si Yoel quiere que le den su oportunidad a la corona de Chris Weidman, tiene que dejar en el camino a estrellas y excampeones de la talla de Machida.
Enfrentamiento interesante éste, donde Romero tiene que tenerlo todo bien claro ante un muy complicado Lyoto Machida. El alcance favorece al sudamericano, así que el cubano tendrá que encontrar la manera de entrar al cuerpo a cuerpo sin que lo castiguen, tratar de conectar con sus potentes manos y buscar, a toda costa, llevar el combate a la lona. Ahí él tiene la ventaja, como buen luchador olímpico que fue.
Ajustes, ajustes y más ajustes. Esa es la tarea que tiene frente a sí ahora mismo Yoel Romero ante el cambio de oponente para la cita más importante de su carrera. Si logra llevarlos a cabo, teniendo un plan de pelea acorde a sus puntos fuertes, las posibilidades de éxito aumentan mucho. Sin olvidar que, aun haciendo todo lo anterior, el rival es uno de altos quilates, bien necesitado de un triunfo, elemento que despierta al guerrero que lleva dentro.
Ahí nos vemos.