¡Vengo a ganar!

El campeón mundial superpluma del WBC rechaza hablar de la posibilidad de sufrir una derrota / Mostró (y escondió) sus armas a la prensa especializada / “Lo respeto tanto, que me preparé mejor que Miura”, sentenció

 

TOKIO, Japón.- Ante la incesante lluvia, el equipo del campeón mundial superpluma del Consejo Mundial de Boxeo (WBC, por sus siglas en inglés), Gamaliel “Plátano” Díaz, improvisó el estacionamiento del hotel Gran Palace como pista de atletismo para realizar ahí su carrera matinal por espacio de 30 minutos y ya por la tarde realizó el entrenamiento ante la prensa especializada en el gimnasio Teiken.

Antes de asombrar con su forma física y boxística a los representantes de los medios de comunicación, el rey universal de las 130 libras respondió un contundente “¡Vengo a ganar!” que sacudió a todo Tokio y seguramente fue a parar hasta los oídos del japonés Takashi Miura, su retador del próximo lunes.

En la acostumbrada práctica pública que organiza Teiken antes de sus pleitos titulares, “Plátano” aceptó que “Miura debe haber entrenado muy fuerte, porque yo hice lo mismo (como retador) antes”, pero advirtió que “yo vine a hacer mi trabajo” y remachó que “porque lo respeto es que me preparé mejor para regresar a México como campeón del mundo”.

El Teiken Gym lucía pletórico. Cámaras fotográficas y de televisión lo convertían en un pandemónium con luces y flashazos por todos lados.

Los ojillos vivarachos de la eterna señora Nagano (a sus 88 años trabaja desde la apertura hasta el cierre del gimnasio, de lunes a domingo) cuidaban cada detalle. Atención, sobre todo, en que nadie se atreva a pisar con suela de zapato la duela del inmueble propiedad de Akihito Honda; quien no traiga tenis debe ‘estacionar’ su calzado en la entrada y usar las pantunflas de cortesía.

Como guía del equipo mexicano, Ken Nishide instruía sobre los lugares que se debían ocupar en el presídium que se instaló a lado del cuadrilátero, al frente del cual los reporteros se habían apostado para “ametrallar” con sus cuestionamientos al campeón del mundo y su par de entrenadores, José Morales Jr. y Daniel “Chacal” Domínguez.

La esposa del monarca, por su lado, buscaba el mejor ángulo para captar las escenas desde su I´pad.

Y así llegó el momento del ‘tiroteo’: “¿Cómo vienes de condición?”… “¿Qué impresión tienes de Japón ahora en tu cuarta visita?”…” ¿Cómo te ha cambiado la vida desde que ganaste el título mundial?”… “¿Qué piensas de Miura?”… “¿Estás preparado para una derrota?”…

Gamaliel respondió una , otra y otra y una más, pero para lo que no tuvo argumento fue para la última: “No sé cómo reaccionaría, porque no pienso en la derrota. Vengo a ganar”, atajó.

Se declaró en gran condición física, mental y espiritual. Remarcó el gran cariño que siente por Japón porque fue el país en el que se inició su internacionalización. Mencionó que su existencia se ha vuelto más tranquila desde que se coronó y rechazó la posibilidad de dejar esa vida de confort. “Aquí pertenezco y no me pienso bajar de este camión”, precisó.

Cuestionado sobre la peligrosidad de Miura, Pepe Morales Jr. recordó que dos años antes lo tuvo como rival de Jorge “Comino” Pérez y que lo conoce bien. “Lo vi en acción 10 rounds. Sé que es peligroso con su puño izquierdo de recta o de gancho, sobre todo en las cuerdas, pero Gamaliel trabajó eso y es mucho mejor boxeador”.

“Nos vemos el ocho de abril. Voy a demostrar por qué me coroné y voy a regresar a México como campeón del mundo”, fue el mensaje que Díaz envió a Takashi Miura.

Dibujó, incluso, la escena final que imagina en la arena: “Sé que todos se preparan para ganarme, pero me veo festejando (la victoria) y con el cinturón de campeón del mundo fajado”.

Presumió el automóvil que le regaló su promotor Fausto García y adelantó que después de su victoria pasará unos días en la playa con su familia “que me han apoyado tanto”.

Tras el interrogatorio, “Plátano” dio inicio a su práctica. Mostró virtudes, pero seguro escondió sus principales armas. Primero, a brincar la cuerda; rounds de sombra después. Llegó el momento de las manoplas, en las que con Pepe ensayó algunas de las combinaciones que espera lo conduzcan a la victoria. Después le dio al costal y cerró golpeando los popotes que con habilidad manejó el “Chacal” Domínguez.

Fue un día agitado para el campeón del mundo, pero la recompensa llegó cuando desapareció la lluvia y pudo, por fin, pasear en compañía de su esposa Rosa Claudia. En el metro japonés conoció a Teresa Valle, una mujer peruana que tiene 20 años viviendo en Tokio y, confesó, festejó como propia la coronación del mexicano en octubre de 2012.

Faltan cinco días para su crucial batalla. Este jueves aparece en la agenda como único día libre de actividades promocionales. El viernes debe cumplir con la certificación médica de la Comisión de Box de Japón; el sábado será la conferencia de prensa final y el domingo la ceremonia de pesaje que dejará todo listo para la gran prueba del lunes.

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