ÚNICA RECOMENDACIÓN A JAVIER: “SAL ECHANDO EN CUANTO PUEDAS…”
Por Andrés Pascual
Lo que está escribiendo Jorge Ebro sobre boxeo y pelota da pena, de tanta protección a algunos atletas, no solo proyecta un ridículo de altura, sino la sospechosa INFLUENCIA de otros intereses ajenos al ring.
Por descontado que conoce muy poco el “inside”, sin chispa, es capaz de hacer un material como el que “linkeo” debajo y, por lo que se vé, comprometer sin misericordia su discutible capacidad de “orientador” neutral; aunque, como va dirigida a un público tan “sui géneris” como él, quizás haya sacado la cuenta exacta de que, para tan poco, no necesita tanta capacidad de análisis ni conocimientos de archivo. Lea el link sobre “guerreros cubanos”:
http://www.elnuevoherald.com/deportes/boxeo/article31238783.html
Después de hacer una “apología” de Hairon (foto extrema derecha con Ramón Garbey y Andrés Pascual) basada en el lamento del boxeador por no haber podido demostrar su clase ante sus paisanos, en que el cubano se queja por haber incumplido el sueño de convertirse en ídolo del kubanoide, porque de los cubanos lo es, acepta o pone justificaciones inaceptables (parecen de su parte) para quedar bien con quien lo encomienda para que hable así.
Todo el mundo conoce que Hairon Socarrás, prometedor pugilista cubano que pudiera perder su carrera si durara 2 temporadas en las manos del promotor turco Ohmert, no dio el peso para pelear contra el mexicano Hanzel Martínez; peor, en las de su cachanchán en asuntos de los que, quizás, este tipo viva, pero proyecta el “enfumbe” de poco apto, menos dispuesto y muchísimo menos serio para dejar vivir, de nombre José, posiblemente la cara mala que le sopla barbaridades tan estúpidas como peligrosas al “oído zurdo” de Ohmert.
En primer lugar, el cronista del Nuevo Herald acepta sin devolver preguntas de relación como que no se logró el peso requerido, porque “Hairon está confrontando muchos problemas para hacer la división supergallo…” puede ser, no es el primer caso, pero, por algunos lugares corre otra; que tomó jugos y comió frutas…
Entonces Ebro, utilizando el recurso barato de comprometer la honra de un boxeador, poniendo en su boca lo que quizás él quería decir, repite, desfachatademente, que a los apoderados del azteca se les propuso dinero, lo que fue verdad, pero no la cantidad con que puede indemnizarse a una víctima de semejante violación de regla; entonces escribe que le confesó Hairon, “si no lo aceptaron, fue porque el individuo tenía miedo”. Yo quisiera que este señor que escribió lo anterior nombre un solo boxeador de México que se haya acobardado contra alguien ¡UNO SOLO!
La no presentación de Socarrás en Wynwood se parece más a un sabotaje a la cartelera que a otra cosa, tome en cuenta que, si desde hace rato afronta problemas con la báscula, lo normal es subir de división y no seguir forzándolo, pero, si tenía un compromiso aun sobre esa peligrosa limitación y el primer contrario se cae ¿POR QUÉ TOMARON LA SEGUNDA OPCIÓN? ¿Por qué no dejaron vacío el turno informando que no habría pelea por lo que haya sido o forzado a hacer? Cuando seleccionaron a un sustituto, se cayó todo tipo de justificación sobre la pesa, mejor hubieran informado que Socarrás tenía dengue y no levantaban tantas sospechas como al fin sucedió, menos para Jorge Ebro.
Queda a la contraparte averiguar por qué razón les torpedearon lo que era, a fin de cuentas, la estelar del cartel de marras y yo díría que hasta la razón de por qué más de un cubano perdió su carrera, o la ha visto lesionada, en las manos de este grupo Arena.