Un gallo que promete: Estrada, nuevo campeón mundial
Una demostración de técnica, preparación y coraje recetó Juan Francisco “Gallito” Estrada el pasado 6 de abril, cuando venció por DD a Brian Viloria por los cintos AMB-OMB mosca; los destellos de calidad mostrados ante Román “Chocolatito” González se confirmaron, el mexicano superó a su oponente en el intercambio de golpes y resistió los potentes derechazos que el estadounidense le propinó desde el primer episodio.
En corto, el reinado efímero de Gamaliel Díaz
Como gran número de los campeones mundiales mexicanos, Gamaliel “Plátano” Díaz se convirtió en otro más de los monarcas de una noche. Después de regalarnos una pelea inolvidable ante Takahiro Aoh, donde rompió todos los pronósticos y sacó la casta azteca en su mejor punto, el 8 de abril sucumbió ante Takashi Miura por KO en Japón, dejando en la tierra del sol naciente su cinturón CMB superpluma. Más allá de las condiciones adversas con las que tuvo que enfrentar el compromiso, Díaz es una prueba más del síndrome de “La noche del mexicano”, donde el nivel de entrega y empuje llega a su límite, al cual los mexicanos no pueden volver y muchas veces protagonizan reinados fugaces.
A detalle, el nuevo gallo del rancho
Para muchos, lo mostrado por Juan Francisco “Gallito” Estrada le dieron merecimientos suficientes para alzarse con la victoria ante un sorprendido Román “Chocolatito” González, gran campeón nicaragüense acostumbrado a pasar por encima de sus oponentes. Pero ni siquiera el empate salomónico llegó la noche del 17 de noviembre de 2012. González sigue reinando en el cetro AMB minimosca.
Más allá del significado de esa pelea, la buena calidad de Estrada le abrió la puerta de contender con Brian Viloria, quien había despachado a cinco campeones mundiales mexicanos prácticamente en fila: Ulises “Archie” Solís, Julio César “Pingo” Miranda, Giovani “Guerrero Azteca” Segura, Omar Niño Romero y Hernán “Tyson” Márquez.
La victoria sobre el “Tyson” de Sonora, peleador mexicano que se había ganado gran renombre después de sus victorias ante Luis “Nica” Concepción y sus defensas ante clasificados filipinos, fue desdibujado por Viloria y su magistral uso del contragolpe. Opiniones de distintas partes del orbe señalaban que el peleador de origen hawaiano se alzaría con una victoria.
Ante todo, el “Gallito” llegó con un bajo perfil a la pelea, pero con excelente estado físico que en el pesaje se hizo notar e hizo dudar a más de uno sobre el resultado de la contienda. Cuando las tarjetas se anunciaban por el altavoz, Estrada parecía estar en seis rounds de combate y Viloria estaba prácticamente igual de exhausto como esa noche en la que Carlos Tamara lo destronó en peso minimosca.
Si la condición física de un gran profesional no bastara. Juan Francisco se plantó con autoridad ante un oponente de gran peligro y pegada; sin ceder un palmo de terreno pero sin entregarse como blanco franco a los rectos de Viloria. El hecho de que el mexicano no se amilanó con los golpes recios que el ex campeón le conectó le sumaron puntos anímicos que Brian no pudo recuperar.
Pero la parte fundamental de la victoria de estrada se centró en la técnica de su golpeo, movimientos de atracción y de cintura, que a la postre anularon el contragolpe de Viloria y le quitaron, desde el segundo episodio, la iniciativa del combate. El estadounidense intentó ganar la pelea con un sólo golpe y eso lo aprovechó, con un sistemático castigo a las zonas blandas, el mexicano.
Estrada no sólo supero a Viloria, se superó a sí mismo una vez más y demostró que a pesar de su silencioso paso por los cuadriláteros, hay mucho potencial en sus puños y en lo que su cerebro va planeando conforme la pelea avanza. La pegada puede ser un punto en contra, pero la profusión de golpes y el manejo de las combinaciones hace olvidar un detalle tan importante en el boxeo.
Físicamente, Estrada tiene el físico para pelear en supermosca, pero demostró (forzado) que es un peleador de gran competencia en minimosca, y demostró el sábado pasado que es un oponente de cuidado en los moscas.
Cualquiera puede argumentar que la edad de Viloria fue determinante en su derrota, pero no podemos negar tampoco que la experiencia y la sagacidad para dominar al oponente y sacar el mayor provecho de la ventaja eran características muy marcadas en Viloria, que incluso intentó aplicar desde el primer episodio ante Estrada, cuando lo conectó de zurda y fue a rematar la obra en las cuerdas; para infortunio de Hawaii, un cruzado le demostró que no sería una noche sencilla.
El futuro para Estrada pinta muy bien, ha logrado ganarse un lugar a base de su buen trabajo y no por el número de anestesiados en su récord, que ya sabemos resulta un parámetro engañoso. Rompió con la racha de un campeón de respetó y ganó dos campeonatos en una noche, por lo que las peleas de renombre no tardaran en llegar.
De la manera en que el “Gallito” maneje este momento, en la medida en que se entrene tan bien en cada pelea futura y en el estilo serio pero efectivo que demuestre en el cuadrilátero estará fincado el éxito de su carrera. Esperamos muchas otras victorias importantes de Estrada, incluso en este mismo año.