TODAS LAS FIESTAS COMIENZAN UN DÍA, LLEGAR TARDE PUEDE SER A PROPÓSITO
Hace algunos años, en medio de una entrevista para radio que le hacía a un historiador surfloridano, de Salón de la Fama estatal y todo el tipo, le pregunté su opinión sobre el escalofriante rosario de organizaciones regentes que dominan el boxeo de hoy, con su correspondiente aguacero de fajas de todos los minerales y pieles.
El individuo, sin inmutarse, me habló de las virtudes, “como desarrollo de la disciplina”, que encierra esa aberrante situación…
En ese momento yo había escrito más de 100 materiales entre crónicas, artículos y reportajes contra ese detalle que, al modo mío de ver el asunto, es una lacra, un flagelo contra el pugilismo.
Para convencerse de lo dañina que es una respuesta como la que me ofreció el señor, para hurgar en los intestinos del mal que carcome a ese deporte, recuerde que ningún deporte otorga dos primeros lugares: ni las Olímpiadas, ni la Copa Mundial de Balompié, ni la NFL, ni la NBA, ni las Grandes Ligas… ¡Imagínese 4 ó 5 campeones de un solo peso, lo mismo continentales que mundiales, con sus respectivos escalafones de 5 para el número 1; 5 para el 2 y, así!.
¿Cuántos saben lo que dije?, ni preguntar era necesario: TODO EL MUNDO, comenzando por los que imponen “las modas”.
La prensa, ¿Cuándo desayunó con esa noticia a la mano? Desde el primer día, sin embargo, salvo tibias referencias, nadie del circuito ha tenido la moral ni el valor para atacar en grupo esa forma encubierta de acabar con el boxeo de quienes, mientras más ricos se hacen, porque un día el fanático puede volverle la espalda y quitarle el apoyo al fraude, serán los responsables por el contubernio de que la disciplina descienda a niveles lamentables de aceptación y existencia.
El crítico de boxeo no puede ser complaciente con nada ni con nadie, lo que debe contar es su opinión, pero, si el compromiso que se evita es con el propio deporte, con su salvación, es una traición no emplear su astucia y sus conocimientos para contribuir a bloquearle el paso a las tendencias destructoras que le corroen el tuétano.
“No buscarse problemas” es una sugerencia facilista y cobarde, claro, evadirlos no quiere decir que se salga del atolladero que significa decidirse por lo bueno o por lo malo sin propinas generosas, porque, más de la mitad de la prensa del sector, las reciben de promotores y managers por debajo del tapete para callarse, o para elogiar políticas que son una agresión a la salud del boxeo y una vergüenza para la profesión.
Alfredo R Berríos, de ESPN deportes, parece que desayunó ayer o antier con el desastre que significa para el pugilismo todo lo que escribí.
En artículo para su columna, dijo: ¿Por qué tanto título mundial?, después, enumera las mil y una razones, que se han dicho tantas veces en 20 años por tan pocos, que los dedos de las dos manos son suficientes: http://espndeportes.espn.go.com/news/story?id=1720888&s=box&type=column
¿A santo de qué esa confesión hecha acusación, de alguien que trabaja en los medios desde 1976? Ah, pero el tipo fue editor de varios periódicos y creo que aún lo es de alguno, lo que quiere decir que, mejor se protege el trabajo que al deporte y a la honra personal.
Como si fuera poco, escribe para ESPN, de poco peso en español, pero regida por el mismo código de “objetividad” que la matriz americana, porque, como los americanos, no pueden hacer valer “su chispa” para analizar alternativas a circunstancias presentadas.
ESPN es un lamentable establo de condescendencia sin opinión propia hasta que los forajidos de cualquier deporte los autoricen a hablar.
Entonces lo del individuo en cuestión, muy bonito y razonable, hubiera sido útil en otro momento, hoy, porque le dio la gana de llegar tarde (muy tarde realmente) a la fiesta, porque cualquier fanático puede ser capaz de dictar conferencias acerca del tema, lo que comentó fue una tonelada de basura improcedente ni para tenerlo en algún blog que se digne y prestigie.