Tirando Guante: García letal como una cobra en victoria sobre Martínez
Hay que darle mucho crédito a Román Martínez. El boricua sabía que al aceptar a Mikey García como rival estaría sentado en un barril de pólvora que podría explotar de un momento a otro. Aun así, Martínez nunca dejó de tirar golpes y se fajó ante el México-americano como los meros machos. Todo Puerto Rico, una de las grandes cunas de campeones a pesar de ser un país pequeño, debe estar orgulloso de su boxeador.
Pelear ante Mikey, quien es un gran ponchador (33-0, 28 KOs) no es igual que combatir ante otros ponchadores como Gennady Golovkin o Marcos Maidana, quienes suben francos al ring a arrancarle la cabeza a sus rivales. En contraste, combatir ante García es como hacerle frente a una cobra, serpiente que suele quedarse quieta, una vez que se ha parado y mostrado su capucha, y luego se va encima de la víctima con letales consecuencias. La cobra no es una serpiente agresiva como la “Black Mamba”, pero es como el Mikey, a quien podríamos catalogar como un noqueador técnico, algo así como lo era el gran José Angel “Mantequilla” Nápoles.
Ambos púgiles escogían sus momentos y luego se lanzaban sobre el enemigo tirando letales combinaciones a dos manos. Al campeón Martinez lo estuvo estudiando y hasta lo “dejó” que lo tumbara en el segundo asalto. Más avergonzado que lastimado, Mikey se quedó unos segundos sentado en la lona, pero se levantó para seguir con su labor de destrucción.
Es un cirujano del ring, que primero prepara el cuerpo del rival, y luego empieza a cortarlo poco a poco con mucha precisión. Martínez sabía que Mikey era duro, pero dijo después del combate que nunca pensó que el joven de 25 años fuera tan bueno. “Es un boxeador fortísimo, uno de los grandes y durará muchos años de campeón”, dijo en tono de admiración el ahora ex campeón, que por cierto era el único campeón que le quedaba a Puerto Rico.
Mikey va a ser un púgil muy difícil de vencer en las 130 y 135 libras. Cuenta con un punzante jab, que tira como recto, maneja bien el gancho izquierdo, los cruzados de derecha y tiene lo que han tenido todos los grandes púgiles mexicanos: un mortífero gancho al hígado. En el octavo asalto, Mikey se llevó a las cuerdas al boricua, y cuando este se agachó con ambas manos cubriéndose el rostro, que ya estaba cortado y machacado, le soltó un brutal gancho al hígado y este cayó al tapiz fulminado y ahí escuchó la cuenta de 10 del réferi Laurance Cole.
Se habló del cubano Yuriorkis Gamboa como siguiente rival del chicano, pero Mikey dijo que todo lo dejará en manos de su promotor Bob Arum. Fue un clásico combate entre boricuas y mexicanos, aunque la caballerosidad de ambos púgiles nunca permitió insultos de ninguno de los dos bandos
Siempre he criticado a Vic Darchinyan por ser un púgil bocón que seguido dice puros disparates. Pero he aprendido a respetarlo, porque diga lo que diga siempre sube al ring a dar un buen espectáculo.
A sus 37 años, ya en el ocaso de su admirable carrera- ganó y perdió con los mejores-, le dio al filipino Nonito Donaire hasta para llevar a casa. El peleador armenio con residencia en Australia iba ganando la pelea hasta el noveno asalto a base de presionar al filipino y conectarlo con fuertes ganchos de izquierda. Pero para mala fortuna de Darchinyan, cuando ambos intercambiaban golpes, el armenio se topó con un gancho izquierdo de Donaire que lo depositó en la lona y casi lo saca del ring. Ahí en el mismo noveno episodio se acabó todo. Una andanada de golpes del filipino una vez que Darchinyan se puso de pie en pies vacilantes, fue suficiente para que el tercer hombre detuviera el combate. Un gran esfuerzo de Vic y una dolorosa derrota