TIRANDO GUANTE “Actuación Tibia de Mikey”
Nos tiene mal acostumbrados. Nos tiene acostumbrados a dominantes actuaciones. Pero no siempre se puede ser 100% apabullante al ganar una pelea, porque lo importante es terminar el combate con el brazo en alto en señal de victoria. Además, para lucir se necesita un rival que coopere. El mexicano Juan Carlos Burgos subió al ring en su combate ante el chicano Mikey García a no ser noqueado y no a tratar ganar el título pluma que dijo era suyo porque se lo ganó al boricua Román Martínez y le robaron la pelea.
Burgos, un buen peleador, dijo que esta vez no iba a dejar dudas y que iba a subir al ring a ganar. Esto pudo haber tenido en mente el púgil azteca al escalar el ring, pero tuvo que cambiar de opinión al sentir los obuses que le conectó el Mikey en los primeros asaltos. Burgo no expuso nada. Nunca se metió a la hoguera a intercambiar golpes y lo malo de todo es que el Mikey se conformó con boxear y pegar a distancia sin forzar el duelo y buscar el KO que todos queríamos.
La gente en el Madison Square abucheó la actuación de ambos púgiles y es muy posible que el Mikey, una de las joyas del promotor Bob Arum, no ganó fans nuevos entre los que acudieron al legendario caserón neoyorquino ni tampoco entre los televidentes que vieron combatir al talentoso chicano por primera vez.
Fue una victoria aplastante por decisión ya que García ganó casi todos los asaltos, pero el Mikey lució ordinario, quizá porque su rival peleó como si lo fuera. Esta fue la tercera pelea de Burgos por un título mundial y si recibe otra más, que es posible porque apenas tiene 26 años, tendrá que cambiar de estilo, porque ningún promotor americano querrá programarlo de nuevo.
Se ha hablado de enfrentar al Mikey con Manny Pacquiao, pero estas son “jaladas” de Bob Arum, quien seguido habla de más para hacerle publicidad a sus púgiles. Raramente, o nunca, un gran pelador chico puede ganarle a un gran peleador grande. El próximo rival del Mikey podría ser el escurridizo cubano Yuriorkis Gamboa, quien tiene tiempo que no pelea, porque tiene problemas promocionales y está también inmiscuido en el escándalo de esteroides en Biogénesis
El pasado junio del 2012 se rindió uno de los veredictos más absurdos en la historia del boxeo. Los miopes réferis le dieron una decisión a Timothy Bradley sobre Manny Pacquiao, cuando el filipino dominó el combate totalmente. Para el 12 de abril se ha pactado la revancha entre Bradley y Pacquiao en el majestuoso Casino MGM de Las Vegas. Pacquiao recibirá una bolsa de $20 millones de dólares, mientras que Bradley cobrará $6 millones. Para este combate se busca que se empleen réferis que no sean de Nevada, pero no se anticipan cambios, porque este grupo es una verdadera mafia que no permite la entrada de nadie que no sea de su nefasto grupo de pésimos réferis.
El combate Pacquiao-Bradley quiere decir, entre otras cosas, que Juan Manuel Márquez, quien buscaba una revancha con Bradley, se ha quedado como las novias de rancho: vestido y alborotado. Se habla de Mike Alvarado como rival de Juanma, pero el mexicano no debe aceptar este combate. El chicano de Colorado es más joven, es brioso, combativo y pega fuerte. Como el legendario cowboy, Roy Rogers, Márquez debe “subirse en su caballo y tomar el rumbo de la puesta del sol” (ride into the sunset) y retirarse. A los 40 años, está en sus cabales mentales, físicos y económicos. ¿Qué más Quiere?