Terence Crawford no es tan bueno como él cree
Terence Crawford
Resulta muy fácil compararse con el acabado Manny Pacquiao de hoy. Terence Crawford peca de arrogante, y sinceramente no creo que sea tan bueno como el cree. “Ustedes trataron de compararme con Pacquio y ya ven lo que hice con el (Horn)”, dijo Crawford después del combate ante el australiano Jeff Horn, a quien noqueo en 9 asaltos. El filipino hubiera noqueado a Horn en menos de 7 asaltos cuando el púgil asiático estaba en su apogeo y barría con todos los mejores púgiles del momento. Hubiera apostado una buena lana a Pacquiao en un combate ante Crawford cuando el asiático estaba en sus mejores momentos.
El nativo de Omaha, Nebraska se despachó a un bulto en Horn. El residente del país de abajo es fuerte y punto. Su talento boxístico deja mucho que desear. El nativo de la ítierra de los canguros obtuvo una muy discutida decisión sobre Pacquiao, porque fue más rudo que un filipino ya viejo y mermado de sus facultades, pero aun así no ganó. Los ineptos jueces le regalaron el combate. “Ya estoy aquí”, dijo también Crawford al ser entrevistado al final del combate. Lo quiero ver vencer a Earl Spence, Danny García o a Keith Thurman si he de cambiar de opinión sobre la supuesta calidad de Crawford.
Foto: Archivo
Austin Trout
Entiérrenle un tenedor a Austin Trout. Ya está listo. Este dicho suena mejor en inglés, pero el significado en ambos idiomas es el mismo. El paseño con residencia en Las Cruces, Nuevo Mexico puede optar por pelear una o dos veces más después de su derrota ante Jermell Charlo, pero tiene que hacerse a la idea de que ya nunca va a volver a ser campeón mundial a sus 32 años. Hay demasiados púgiles jóvenes y talentosos en su camino hacia otro título, que simplemente ya no puede vencer. El padre tiempo ya ha tocado a su puerta. Sus entrenadores decían que tenían un plan especial para vencer a Charlo, pero Trout fue el mismo de siempre, pero ahora más lento. Trout no ha dicho nada sobre sus futuros planes, pero ya le toca el retiro.
Abner Mares y Leo Santa Cruz pueden pelear 5 o 6 veces más, pero el resultado siempre será el mismo. Los dos siempre darían fieras peleas, pero serían de nuevo combates con “almohadas”, porque ninguno de los dos tiene el poder en los puños para noquear al otro. Si ambos pegaran como Jhonny González, el primero que pegara ganaría. Fue de nuevo un excelente combate de principio a fin, pero volvió a ganar Santa Cruz. Un fuerte aplauso a tan pundonorosos boxeadores.
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Si no noquea con los puños al desconocido Sefer Seferi, Tyson Fury lo hubiera noqueado con un “lonjazo” o dos. Del tamaño de un monumento y con un alcance increíble, el enorme ex campeón mundial pesado trituró a su inferior rival en un combate de regreso al cuadrilátero después de una larga ausencia. Fury había estado fuera del ring víctima de la drogadicción.