SALINAS CONTRA QUIGG POR LA FAJA SUPERGALLO AMB
El cubano Yoandri Salinas 20-0-1, 13 KO’s, tendrá la oportunidad de convertirse en campeón mundial superbantam de la Asociación mañana, si le puede ganar al inglés Scott Quigg, 26-0-1, 19 KO’s.
Aunque en estos tiempos ganar un campeonato mundial no es gran cosa, en primer lugar, por la cantidad de títulos que se ganan o se reciben como regalos, todavía les queda algún atractivo, sobre todo, creo yo, para los pugilistas isleños, que han estado divorciados a la fuerza de la actividad profesional durante tantos años y, con mucho trabajo, tratan de imponer su personalidad en un mundo hostil, que se les complica más por acciones antideportivas fuera del ring que por duro y difícil sobre el cuadrilátero.
Y ya se sabe de los vicios amateurs, de la ausencia de waivings y side-steps, del poco uso del upper porque no pelean adentro… sin embargo, a pesar de todo, algunos son mejores que el 80 % de la oposición divisional, salvo Rigondeaux, que es lo mejor de su peso.
Como colateral al bloqueo de estos boxeadores por las promotoras grandes, con justificaciones que dan pena y son una falta de respeto, la pugna entre cubanos apoderados alrededor de algunos, aparentemente, se manifiesta tal otro fantasma en el horizonte, porque ¿Qué pasa con Hayron Socarrás? ¿Por qué no boxea? Y hablo de una figura altamente prometedora del pugilismo mundial.
Por todo lo anterior se concluye que el boxeo de hoy, la mafia que controla el boxeo de hoy, es un imperio del mal que supera por milla y media a los que se les culpaba por todos los arreglos e injusticias de antes de 1960 y que la historia presentó como monstruos que desayunaban niños de 8 días de nacido, porque, serían muy corruptos, muy inhumanos, pero los boxeadores tenían las peleas suficientes para pagarle al chino de la tintorería por el planchado del traje de franela. Además, no justificaban su trabajo sucio contra peleadores con argumentos ridículos y desvergonzados.
Esas razones han obligado a algunos peleadores criollos a “emigrar”, a establecer su cuartel general en República Dominicana y a pelear en el ámbito contra obreros a los que a veces les inflan los records, con el riesgo de que la oposición que encuentran pudiera no ser todo lo calificada que exigen boxeadores que tienen la vista puesta en la oportunidad championable. Este es el caso de Yoandri Salinas.
Peleando fuera del ojo de la crítica, sus actuaciones dependen del recuento de sus trainers o managers que, por lo general, pudieran responder al paternalismo que a la realidad.
Sin embargo, estuve repasando videos del ahijado de Osmiris Fernández en internet y, aunque no me pareció un gran pegador, considero que pudiera ganar mañana, porque, si bien no está fogueado lo suficiente como para calibrar una opinión aproximada, Quigg tampoco es gran cosa, a pesar de su invicto.
El principal problema del cubano radica en que peleará en el patio del británico y eso siempre es una desventaja, pero Inglaterra, como Canadá, son más que eso, sencillamente constituyen un peligro para el foráneo que llegue allí contra un nativo, desde hace dos siglos esa es la marca registrada del Imperio en Fistiana.
tiene que noquear para ganar, al pollito ceja ya lo robaron este año en reino unido, se parecen a cierto pais de suramerica. Solo les falta aventar sillas.
Dije en el Nuevo Herald que tenia que noquear para ganar. No lo hizo y le quitaron la pelea con una tabla. Su gente tiene que exigir ahora una pelea en USA pa ver si es otro gallo el que canta.