¿Qué le espera a Manny Pacquiao?
Luego de la sorprendente derrota del histórico, Manny Pacquiao ante el retador australiano, Jeff Horn, el panorama de la división Welter y las divisiones más cercanas (Welter Jr, Mediano Jr), cambia un poco. En esta pelea del pasado sábado en Brisbane, lucía impensable que el Pacman pudiese salir perdedor. Pese a reunir en su persona una cantidad de condiciones y circunstancias, algunas encontradas y otras prometedoras, Manny podría tener frente a si varias peleas millonarias, un retiro glorioso en mayor o menor medida y –pase lo que pase-, un auspicioso futuro político.
Antes de montarse al ring en el amplio y descampado escenario australiano, en presencia de 40 mil personas, el Pacman era favorito unánime para retener cómodamente su corona Welter, avalada por la OMB. Hasta se creía que, por primera vez en varios años, podía lograr una victoria por Nocaut. Su rival, Jeff Horn, presentaba un record de invicto en 16 peleas con 11 Kos y un empate. No aparecía –hasta el sábado-, en este record, ningún nombre que provocara asombro o alguna buena impresión e hiciera pensar que Horn podría descifrar las dificultades que el histórico Pacman, le iba a presentar en el ring.
Pacquiao venía de varias presentaciones, posteriores a su nocaut ante Juan Manuel Márquez el 8 de diciembre de 2012 en Las Vegas, en las cuales, había lucido buen boxeo, velocidad, excelentes combinaciones, pero había perdido poder, capacidad de remate y por consiguiente, había extraviado, la vía del nocaut. Sin embargo, había derrotado ampliamente a Brandon Ríos, a Chris Alguieri, a Timothy Bradley y a Jesse Magdaleno. Victorias inobjetables, pero le faltaba, todavía, algo al Pacman. Se pensaba que ese misterioso “algo” aparecería en Brisbane ya que el rival parecía a la medida para que apareciera.
Pero el retador subió al ring, a ganar
Pero resultó que Horn subió al ring con una determinación invencible, con gran corpulencia y una velocidad relampagueante. Esto, sumado a un menguado estado de alerta del filipino que, en muchas ocasiones se vio sorprendido por las violentas arremetidas del australiano. A ratos, Horn, lo zarandeaba. Pacman, sorprendido se tapaba la cara con los guantes y se recostaba de las cuerdas. Ni la sombra de aquel Pacquiao hiperactivo en el ring, que devolvía todo y asumía la ofensiva de manera espontanea y automática. Horn estaba haciendo con Pacquiao, lo que él mismo solía hacer con sus rivales.
Pero al Pacman le quedaba el orgullo y la gran experiencia adquirida en memorables batallas ante hombres que ya exhiben una placa en el Salón de la Fama de Canastota. Aprovechaba algunas pausas en el ataque del australiano, para hacer ejercicio de reflejos y penetrar su guardia. Otro detalle fue que Horn, atacaba en forma atropellada ante un rival de guardia distinta a la suya y esto provocaba que muchos ataques terminaran en un enredo de brazos y piernas, con el consiguiente peligro del choque de cabezas. Ambos sangraron. Pacquiao en primer lugar y luego del noveno round cuando el filipino estuvo cerca de ganar por nocaut, Horn también derramó su sangre en el ring colocado en el majestuoso estadio Suncorp de Brisbane.
Los rounds finales
Los topes, producto de entradas violentas proliferaron en algunos asaltos sin que el árbitro tomara las debidas medidas para evitarlo. En este aspecto, quien salió más perjudicado fue Pacquiao que sufrió cortes en el rostro y en el cuero cabelludo. Pacquiao no pudo completar la faena que había dejado casi lista en el 9no round. En el descanso el referee Nelson, se dirigió a la esquina de Horn, para advertirle que si no soltaba las manos, le detendría el combate. Nos pareció excesiva la actitud del árbitro, porque Horn, iba adelante en las tarjetas, era el local, es decir, estaba en su patio y era la primera ocasión en la que se veía en problemas.
En el round 10, Horn estuvo más activo, mientras que Pacquiao se reservó dejando la impresión de que había agotado sus energías en el asalto anterior. Los dos últimos rounds nos mostraron a un Pacquiao buscando una brecha que le permitiera poner, de nuevo, en malas condiciones a su rival y a este devolviendo golpe por golpe. Ambos evidenciaron cansancio. El combate había sido muy activo. Horn pareció ser bastante mejor de lo que se preveía y Pacquiao mostró una decadencia que no la esperábamos. Los dos rounds finales fueron apreciados de forma diferente por los jueces.
La Sra Waleska Roldán y Chris Flores vieron los dos asaltos a favor de Horn, incluso Waleska vio los tres últimos episodios para el australiano. El otro juez, el argentino Ramón Cerdán, dio uno para cada uno. Al final, la votación fue así: Waleska Roldán dio 117-111; Chris Flores la vio 115-113 y Cerdán, puntuó también 115-113. Todos por el retador australiano. Gran sorpresa, perdió el Pacman. No recordamos una sorpresa tan grande desde que Mike Tyson fue noqueado en Tokio por James “Buster” Douglas el 10 de febrero de 1990.
¿Qué hará, Pacquiao, ahora?
Aunque, desde luego, no somos adivinos, podemos especular sobre el –o los-, escenarios que le esperan a Manny Pacquiao. En primer lugar, una revancha con Horn. Escenario, bolsa y fecha, a convenir. Otra, que algunos consideran con lugar salidor, es esperar por el resultado de la Pantomima de Floyd Mayweather con el Campeón de Artes Marciales, Connor McGregor y tratar de organizar una revancha Mega millonaria con el Money. Hay, también, unos cuatro posibles rivales que serían excelentes retadores del filipino, si no a un título Mundial reconocido por los organismos mundiales, si, al reconocimiento como gran figura e ídolo mundial.
Ellos serían Terence Ceawford, si sube a Welter; Keith Thurman, Shawn Porter, Danny García y Erroll Spence. Con todos, serían peleas muy interesantes y muy caras. Según el devenir de las cosas, hasta podría pactarse un peso intermedio para hacer una pelea con el Canelo Álvarez, dependiendo como salga de su pelea con Gennady Golovkin. Otra opción ¿Por qué no?, es el retiro desde ahora mismo.
Hay otra versión que circula, según la cual, Pacquiao mismo se llevaría esa revancha para Manila o su pueblo natal, y organizar la pelea por el título como parte de una plataforma publicitaria del lanzamiento de una eventual candidatura presidencial. El Pacman parece debatirse entre su amor por el boxeo, otra bolsa millonaria y sus aspiraciones y posibilidades políticas. Suceda lo que suceda, Manny Pacquiao ya es un Salón de la Fama consagrado y garantizado. Es un personaje admirado y respetado. Gran persona, excelente atleta, hombre religioso que se caracteriza por su sencillez y generosidad. Todo un “Fuera de Serie”, el Manny.