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Hace 53 años nació en Puerto Rico, el boxeador Wilfredo Vázquez, quien llegó a ser triple campeón en las categorías gallo, súper gallo y pluma de la Asociación Mundial de Boxeo.

Su paso por el pugilismo rentado fue de gran relevancia para su país y la historia del deporte de la región. Dejó registro de 56-9-2, 41 KO´s y una pelea sin decisión.

Su primer cinturón de la AMB lo alcanzó el 4 de octubre de 1987, en Seúl cuando venció en diez rounds a Chan Yong Park. Luego perdió la faja con Khaokor Galaxy en Bangkok.

Esperó hasta 1992, cuando superó en México al anfitrión Raúl “Jibaro” Pérez para lograr su segundo cinturón negro y oro el cual mantuvo durante tres años.

Fue su momento de esplendor y era conocido como “El orgullo de Puerto Rico”. Hizo nueve defensas exitosas antes de toparse con el venezolano Antonio Cermeño, quien lo despojó.

En 1996, venció a Eloy Rojas en Las Vegas, para adueñarse de su tercer título, esta vez en el peso pluma que retuvo en cuatro oportunidades y perdió en 1998.

Vázquez se retiró en el año 2002 y desde entonces se ha dedicado a compartir sus experiencias y conocimientos a los jóvenes.

Su legado en el boxeo puertorriqueño y latinoamericano es innegable. Su país lo reconoce al rendirle honor con el Maratón Wilfredo Vázquez, que anualmente se corre en su querida ciudad de Bayamón.

Un fraternal saludo a un gran exponente de los ideales de la Familia AMB, quien siempre lo ha reconocido por su espíritu de lucha. Felicidades campeón.

Hace 33 años de la noche cuando una naciente estrella del boxeo llamada Aaron Pryor sorprendió al mundo y noqueó en tres vueltas al gran Antonio Cervantes, en Cincinnati, para adueñarse de la faja del peso súper ligero de la Asociación Mundial de Boxeo.

Fue un gran duelo, el 2 de agosto de 1980. Pryor era un invicto después de 24 peleas, que había prácticamente acabado con los rivales de su peso y se convertía en el retador natural del monarca.

Cervantes, “Kid Pambelé” tenía grandes credenciales para mantener su título, y comenzó la pelea enviando a la lona al retador estadounidense.

Sin embargo, Pryor se recuperó y en un segundo aire, El boxeador estadounidense parecía enfurecido y logró darle la vuelta a la situación. Se fue encima del campeón, castigó a placer convirtiéndose en una verdadera máquina de lanzar golpes, sin darle mucho tiempo a que Cervantes reaccionara y en el cuarto round lo noqueó.

Una combinación al rostro, sin darle oportunidad de respuestas al campeón. Pryor arrinconó a Cervantes, y con un gancho de derecha al rostro hizo que el colombiano doblara las piernas. Al ver rodilla en tierra a su rival, Pryor saltó emocionado.

El referee dio el conteo de protección, pero Cervantes no consiguió levantarse. Decretaron el KO y Pryor celebró junto a su equipo brincando en el ring. A sus 25 años, Aaron Pryor destronaba a Cervantes y se convertía en campeón.

Detroit fue escenario del histórico duelo entre Thomas Hearns y José “Pipino” Cuevas, hace 33 años, y que convirtió al estadounidense en campeón welter de la Asociación Mundial de Boxeo.

La expectativa de toda la afición estaba enfocada en el poder de los puños de Hearns, quien ya tenía por costumbre liquidar a sus rivales rápidamente. El mexicano encaraba su defensa número 12 del cinturón, y cuatro años como rey absoluto de la división.

La pelea ante Cuevas no fue la excepción, y en dos vueltas lo liquidó. Hearns necesitó menos de seis minutos para alzarse con la faja negro y oro, complaciendo a miles de seguidores.

Mucho se especuló después del resultado, y se decía que Cuevas junto a su equipo habían menospreciado al joven boxeador. Mientras tanto, Hearns le decía a la prensa que únicamente había deseado darle un regalo especial a Detroit “pero me excedí”, haciendo alusión a la fuerza de sus golpes.

Hasta hoy, ese nocaut entra entre los más espectaculares de la historia, según muchos especialistas y aficionados. Muchos se atreven a decir que Hearns prácticamente acabó esa noche la carrera de Cuevas.