NO SE PUEDE HABLAR TANTO Y HACER TAN POCO

Yo no sé si Juanma López creyó en algún momento que podría ganarle a Mikey García, ahora, como acostumbra, habló con ese complejo de inferioridad que no lo abandona ni para ir al baño, manifiesto en transmitir un sentimiento de superioridad inexistente ni contra reclutas de primera pelea.

El tipo es un banquete, presentándose como Sugar Robinson cuando, realmente, nunca ha sido una super-estrella, a pesar de la “cañona” que le dieron al boxeo tratando de imponerlo como si lo fuera..

Una vez un argentino, que se tiró con una “motica de algodón” en un pleito contra el boricua en la Isla, dijo que “lo habían amenazado”, todo quedó ahí, el tipo se retractó y no pasó nada… para que sucedan cosas como investigaciones o simplemente sospechas oficiales que generen comentarios ácidos de parte de la prensa pagada por debajo “del tapete”, es necesario que el “señalado” no tenga protección especial, léase Bob Arum…

Mikey García no rebajó dos libras para poder defender la faja y perdió la categoría de campeón, pero ni si hubiera rebajado 40 perdía la pelea contra Juanma, porque es mucho mejor que el puertorriqueño, que está completamente desmoralizado desde aquella vez cuando le pusieron los momios equivocadamente a su favor, sin darle ninguna posibilidad a Salido, que tampoco le resultó jamón a Gamboa.

Por circunstancias de intereses financieros, los que hacen los rankings no tienen el tino que semejante trabajo requiere; de cualquier forma, en esta era estar clasificado no es un detalle de clase boxística si no el cumplimiento de una tarea obligada para entretenerse en algo.

Desde que le regalaron la pelea en el 2009 contra el africano Roger Mtagwa el boxeador desencadenó las sospechas que existían sobre su asimilación, sin embargo, después tuvo actuaciones alternativas, en las que dio la impresión de que había saldado sus problemas con la naturaleza.

Salido le abrió los ojos a todo el mundo y lo zarandeó de lo lindo dos veces. Pero, por fanatismo por nacionalismo o por lo que sea, siguieron algunos empecinados en que el zurdo de Caguas eras una estrella del boxeo con posibilidades superiores.

El 20 de abril pasado noqueó en dos rounds a Eugenio López, como siempre, un tipo nuevo de fanático, que no completa el análisis a conveniencia por ceguera inducida o por sentimentalismo nacionalista, dejó pasar por el centro sin tirarle un detallito: que este mexicano tenía 24 perdidas en 56 peleas, una de ellas tablas.

¿Sabrían los fabricantes de sueños que se lo llevan todo lo que iba a pasar anoche? Mejor que usted su nombre, pero sabían más, que esas tonterías de rivalidades y cosas por el estilo meterían billetes en la “chocolatera”, el suficiente para montar la farsa con mucha palabrería por parte del boricua y la mayoría de sus fanáticos, que seguían viendo fantasmas.

Entonces García no da el peso y ¡Allá va eso!: “El tipo es un cobarde”, “Juanma lo va a matar”, “él sabe que si sube en igualdad de condiciones…” vaya, lo mejor de la recogida de basura de cualquier lunes, que hay bastante.

Juanma López no podía ganarle a Mikey ni si el americano subía con 10 libras de peso por dos razones: siempre ha sido más cáscara que boniato y porque estaría ante un tipo que sabe cómo hacer las cosas para destruir a un contrario, sobre todo tan inferior como está Juanma López desde hace rato.