NO HAY EL MÍNIMO RESPETO
El recurso del sentimentalismo, abrir la llave de las lágrimas siempre fue un arma promotoril, un gancho para atraer a la clientela o para completarla.
Antes de 1960, en todos los programas presentaban a uno, a dos o a un grupo mayor de figuras que habían sido grandes peleadores, por supuesto, la moda comenzó en Nueva York durante el promotaje de Tex Rickert, manager de Dempsey, que gestionó para el boxeo el alquiler de Yankee Stadium con el coronel Ruppert, a fin de presentar programas de gran envergadura allí.
Pero nada es igual, tiempos estos en que un solo peso completo arrastra algo digno en su palmarés, como para colgarle el cartel de legendario después que se retire, porque una leyenda NO ES CUALQUIER COSA.
Aunque entiendo que la escasez de figuras de prestigio en la división completa, desde Tyson, no es alarmante, sino crítica.
El ukraniano gana, domina la división, pero no gusta, porque su estilo es feo a los ojos del americano y el público del boxeo a veces es injusto en la exigencia, porque sobrepone el “look” a la clase en el ring, como quiera que sea, el único legendario vivo por su labor es Wladimir Klitschko, porque a este hombre no le dan, sencillamente no pueden darle por su superioridad manifiesta y noquea y gana.
Es mejor que todos desde 1960 y que un puñado de antes, a través de los años, ningún boxeador lució en carácter tan imponente como Wladimir, que es un cheque al portador en la coima.
Bien, por circunstancias especiales, Tyson es una leyenda o Hollyfield, pero, ¿Riddick Bowe? Por favor…
En el Hard Rock de Hollywood, Florida, subirá hoy Shannon Briggs contra “uno ahí”, el esfuerzo lo premiará otra pelea contra Wladimir; tanta es la diferencia entre uno y otro boxeador, que ya puede escribir la derrota en el récord del americano.
Está bien, el promotaje tiene que vender el producto, además y de singular importancia, NO HAY OTRO, pero deben envolverlo mejor para que no se vea el ángulo roto.
Si la pelea de Briggs es una broma de mal gusto, peor es la presentación de “20 leyendas del ring” de más o menos reciente retiro; esa cantidad de boxeadores con semejante cartel, no ha existido desde que en Inglaterra pelearon el primer pleito con más de 185 libras un par de hombres y a puño desnudo.