NO DECIDIÓ LA PELEA, PERO PROVOCÓ OJERIZA

| September 1, 2018 | 0 Comentarios/ Comments

Por Andrés Pascual

Por decir algo, Kid Gavilán reclamó 8 rounds ganados del combate contra Robinson por la faja welter en 1949; porque ni el camagueyano ni nadie estaba preparado para forzar la tarima defensiva de la Maravilla del Boxeo, mucho menos para evitar el castigo tan fino, tan fríamente calculado desde antes de subir al ring, que le aplicaba a los “contendientes”.

Robinson boxeaba, arrasaba al contrario y complacía al fanático, gracias a la capacidad excelsa de peleador único en instinto, en intuición, en estrategia y en táctica, todo de su cosecha personal ante la ocasión; porque George Gainsford, su trainer y second, “vox populi”, no contribuía con un adarme en nada de lo que hacía el Profesor con sus facultades.

Charlie Goldman fue un boxeador de pobres resultados, pero, cuando se convirtió en entrenador, elevó el interés por sus servicios en las grandes ternas, porque, este hombre, podía preparar físicamente a un pugilista mejor que nadie, con la excepción del Maestro Arcel.

El judío tenía “ojo clínico apropiado” y era competitivo, durante la época dorada del boxeo, preparó a Lou Ambers y a Arturo Godoy y le concedió el privilego a Kid Gaviklán de prepararlo, pero su nombre está indisolublemente ligado al de Rocky Marciano (foto debajo ambos), al que entrenó durante toda su carrera profesional por petición de Al Weil.

En el campamento para la pelea contra Sugar Ray, inesperadamente, sin que nunca se diera una razón válida ni por el peleador ni por su staff, el Kid pidió que sustituyeran a Goldman como jefe de esquina, más que una barbaridad, una estupidez incitada por nadie sabe aún quién.

Disponibles entonces para “seguir a Gavilán” en la esquina Angel López, y alguien cuya memoria histórica queda lejos del boxeo: Mundito Medina, que compuso para Panchito Riset “El Cuartito”, además de otro par de boleros de relativa demanda popular en “hit-parades”.

Gavilán no perdió porque impusiera a López y a Medina por exigencia descabellada expulsando a Goldman; sino porque no podía, nadie pudo, durante el paso por la división welter de Robinson, ni acercarse al Profesor en nada.

Entonces se llevó una verdadera pateadura que, a través de la historia, han querido venderla como un pleito “muy cerrado”; tantas patadas sin oportunidad de nivelar un segundo el castigo le dio Robinson, que la propia crónica cubana, mayoritariamente, presente en el Municipal Stadium de Filadelfia el 11 de Agosto de 1949, describieron la pelea por la diadema de las 147 ½ (revancha personal de otra derrota dos años antes), más o menos así en intención: “anoche Robinson le dio un saco de golpes a Gavilán, que nada hizo porque nada pudo, que pusiera un centavo en coima por el round siguiente…”.

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